Cap 3

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Narra Bill

Lo conseguí tal y como lo había planeado estratégicamente, obviamente todo tendría que salir bien a excepción del problemas con el Pines, que terminé solucionando, nada podría detenerme, mucho menos un patético enano castaño con gorra rara, por fin Gravity Falls ya todo es mio. Totalmente mío, todos estarían a mi merced y ya no habría quién se interpusiese con eso, pues ya me encargué del niño con un poco de ayuda de un humano...

—No te saldrás con la tuya, triángulo del mal—anunció llamando mi atención una Pines—¡Devuelveme a mi hermano!—volteé para toparme con una adolescente haciendome frente simulando ser valiente.

—¿Adivina qué?—cuestioné sonriendo—Ya lo hice—avisé estallando en risa, estaba tan feliz de haber logrado mi objetivo que no dejaría que nadie se interpusiese con eso.

—¡No aún, no!—gritó enojada, pero solo decidí ignorado y darle la bienvenida a todos mis buenos amigos.

—Bola ocho, dientes, cerradura, etcétera—reí como solo yo podía y anuncie—Chicos, destruyan y coman lo que se les de la gana—cómo percibí la mirada asesina de estrella fugaz encima mío le preste atención solo para decirle—¿Es qué no te das cuenta niña? Tu mundo ésta confinado a mi locura—reí en compañía de mis amigos pero yo con la intención de burlarme de esta conversión sin razón—no me vendría mal un castillo, uno del mal—y fácilmente me construí uno

—1...Aún, aún hay algo por hacer—habló segura de si misma en tono amenazante 

—¿Así? ¿De qué se trata?—sinceramente la curiosidad me mataba así que pregunté—¿Qué es tan ingenioso como para terminar con toda esta diversión?—tenía el presentimiento de que no tenía pensado nada y solo ahorraba tiempo como para hacerlo

—2...—un inquietante silencio fue lo que se dirijió hacia mí, solo unos ojos cafés realmente llenos de rabia y enojo que la aacompañaba

—Eso creí—finalmente mis sospechas eran confirmadas; ella no tenían ni siquiera un plan, todo era pura palabrería suya que terminaría en este instante—una ola de locura se aproxima, yo que tú escapo ahora mismo

—3, ¡Fuego!—gritó a todo pulmón cerrando los ojos y tirandose al suelo tapando sus oídos como si una bomba fuese a caer

—¿Eh?—la miré confundido, eso era extraño hasta para personas como los Pines.

—¡Maldita cosa!—escuché maldecir a alguien familiar no tan lejos a mi paradero, así que fui a saludarlo

—Ford...—sonreí campante, al parecer el anciano tenía mala puntería o mala suerte cualquiera de ambas—mi viejo amigo pero ¡¿Qué crees que haces?!—pregunté eufórico acercando mi único ojo, observando mejor la escena percatandome de que el viejo estaba abajo de escombro casi delirando y quejándose del dolor

—¡Oh no! Nuestra única oportunidad—estiró el brazo en busca de algo pero no alcanzó nada ya que lo elevé entre los aires

—Jajajaja—reí una vez más, este día no podía ir mejor—¿Tu aniquilarme? Imposible—me sequé una lágrima falsa y seguí riendo.

—Amigos les presentó al que hizo posible todo esto...—pusé enfrente de todos al de cabellos blancos inmóvil y seguí hablando—Denle un aplauso a seis dedos. Tu encajarías perfectamente con las anomalías de mis amigos, piensalo seríamos dueños de estos páramos y del universo

—¡Estas loco si piensas que lo haré!—me señaló frunciendo el ceño

—Jaja de por si estoy loco—dije con obviedad y volví a hablar—Bueno lo intenté; ahora un acertijo ¿Por qué el anciano hizo esto?—cuestioné mientras arrugaba los dedos esperando que el viejo hiciera lo mismo

—¿Esto?—enarcó una ceja y me imitó, valla había funcionado

—Para darme un rascador de espalda—con solo señalarlo con el dedo índice poco a poco se fue convirtiendo en el metal más codiciado y querido por los humanos, el oro—Jajajaja—estallé en carcagadas al notar que había caído fácilmente en la trampa

—¡Suelta a mi tío!—esa voz chillona había vuelto a mis oídos solo para decirme que hacer, como si fuese quién

—¿Tú de nuevo?—pregunté fastidiado y arrogante, aquí él único que da ordenes soy yo—Debiste correr cuándo tuviste oportunidad—amenazé para poder apreciar su expresión

—¡No te tengo miedo!—pero la castaña seguía queriendo ser valiente y salvar el mundo, como si eso fuese posible para ella

—Pues deberías...—sonreí está vez mucho más maliciosa y espeluznante mente que antes—¿Qué crees que puedes hacer, tú Estrella Fugaz sin tu tío?—toqué el piso con mis nuevos pies, al fin podía hacer lo que quisiese sin necesidad de obstáculos y aprovecharía al máximo está oportunidad, me le acerqué lentamente adaptandome a la nuevas piernas y sujeté su mentón para observar como sus pupilas se dilataban

—Bueno, yo...—parecía estar hundida y fuera de serie, a lo que llaman shock por mi nueva apariencia y no era solo ella, todos mis amigos estaban justamente igual, eso era exactamente lo que deseaba provocar en ella

—¡Adelante puberta, haz algo que me destruya ahora mismo!—ordené exigente observando como recuperaba la noción de la realidad y sacaba de su abrigo el diario.

—Debe haber algo por aquí...—buscaba desesperadamente entre las páginas una respuesta, que no estaba ahí—No lo provoques, ten cuidado—susurraba las lineas escritas por su mismo tío abuelo Ford en el libro, como último recurso sacó una luz morada intentando leer las palabras ocultas como tinta invisible. Grave error

—¡Estoy esperando ansioso!—dije sarcástico cruzado de brazos y pisando desperandamente el suelo

—¡¡Oh Bill!!—se quejó para intentar lo que su mellizo si logró cuando poseía un cuerpo inútil pero su puño no pudo hacerme nada, ni siquiera había tenido que moverme para que su espalda se golpeará fuertemente contra un enorme roble

—Eres un estorbo, y lo serás aún más sin tu mellizo o los diarios—reí divertido parandome enfrente de la niña sin fuerzas, observando su sufrimiento y agonía cuanto me gustaba poder precensiar eso, no lo dudé y agarré por mi cuenta los absurdas baratijas

—¿Qué?—recuperó la movilidad de su cuerpo e intentó sostener los diarios—¡No!—apretó fuerte una herida en su estomago—No lo hagas—suplicó con los ojos cristalizados alzando la mano y escupiendo un poco de sangre.

—No seas un héroe niña—regañé agachandome para estar a su altura y apretando su cara entre mis dedos—esto es lo que le sucede a los héroes en mi mundo—la obligué a ver con sus propios ojos como todos y cada uno de esos inservibles cachivaches ardían en llamas

—...—se quedo callada, bien por ella, solo lloraba sin consuelo alguno mientras intentaba ponerse de pie.

¡Dios! Era capaz de ver este hermoso espectáculo por el resto del día si quisiese, pero lamentable mente tenía cosas mucho más importamtes por hacer en Gravity Falls

—Ah...—expresé en un suspiro—casi se me olvida, cerradura, dientes comanse a la niña—dije lo más calmado y pacifista que pude metiendo las manos a mis bolsillos para subirme al carro que había llegado por nosotros—¡Andando!, ¡Viva la locura!—y jalé la palanca que resultó ser una cabeza de humano de aquel automóvil para dirijirme al castillo que no hacía mucho había creado para sin fines de cosas

—Mujeres, dinero, arrasando oh sí, arrasando oh sí—es lo que cantaba la radio, definitivamente mi canción favorita por el momento 

—Entonces...¿Nos la comeremos?—idiota, como preguntas eso si te lo acabo de ordenar

—¡Oh sí, comamosla!

—¡Ahhhh!—el gritito lastimoso y agonizante de una Pines me había terminado de alegrar el estupendo día—¡No pueden, aún soy muy joven para morir!—escuché gritar con esfuerzo a la de cabello café aún en el suelo arrastrandose por la tierra en un intento de escapar de mis dos amigos...

Como si eso fuese posible















:0 Bill realmente es despreciable, jajjaa perp me envanta su personalidad~ Gracias por leer

The Dipper BubbleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora