Untitled part

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Perdida en el mar de lo sueños, siempre tengo un sueño recurrente, un niño muy hermoso que me da una flor, también recuerdo que fuimos a andar en bicicleta pero nada más. Una pequeña luz molestaba a mis ojos. Despegué mis pesados parpados. El sol daba justo en mi cara, no era un día diferente al resto, me levanté, me vestí y me fui a la universidad como siempre.
De camino a la universidad, iba escuchando música, cada vez que escuchaba música romántica sentía un vacío tan grande que no podía explicar, era extraño.
Llegué, entré en la clase, era clase de matemáticas, aburrida como siempre. No dejaba de ojear mi reloj para ver la hora, quería irme.
Finalmente el reloj marcó las 13hs, salí del aula y me dirigí a la salida.
Caminando por el camino de siempre, escuchando música, sin prestar atención me tropecé con un joven.
Era un asiático, con el cabello algo enrulado, alto y ojos grandes como los de un gato, te desconcertaban, no sabia si me mataría o me ayudaría a levantarme.
Se acercó y me pregunto:
-¿Estas bien?
- Si. Lo siento, no te vi.
- No te preocupes.
El siguió su camino, increíblemente no se porque pero él era realmente atractivo, me resultaba familiar pero no podía reconocerlo, me gustaría volverlo a ver, pero no creo que sea posible.
Llegué a casa, tiré mi mochila en el sillón y me fui hacia la heladera, necesitaba comer algo mi estomago lo pedía a rugidos.
Luego, me puse a limpiar, ya que esa noche venían amigos de mis padres. Según ellos, vendrán con su hijo de mi misma edad, dicen que solíamos jugar juntos, pero yo no recuerdo.
Mi madre llegó, comenzamos a alistarnos y ver que todo estuviera en orden.
Aun no entiendo por qué esta reunión era tan importante para ellos. De pronto, escuché el timbre de la puerta, corrí hacia ella y suspirando tiré de ella.
Detrás de esta, se encontraba un señor muy refinado, acompañado de su esposa con una piel tan blanca y fina que parecía porcelana. Tras de ellos se encontraba un joven muy arreglado, me parecía haberlo visto pero no sabia donde. Cuando me percate de sus ojos tan grandes y su sonrisa psicópata, era él.
Los invité a pasar, el joven también se sorprendió al verme, no era para menos.
Después de este encuentro fortuito, nos dirigimos a la mesa a cenar, mi madre como siempre preparó demasiada comida. Una vez que terminamos de cenar, los adultos comenzaron a conversar sobre negocios, política, etc. Entonces mi madre, sugirió:
-Romi porque no van con ChanYeol al jardín, creo que se deben aburrir escuchándonos, ya que son adolescentes tienen cosas de que hablar y pueden conocerse, ya que ellos son grandes amigos nuestros.
-Umm... De acuerdo.
Me fui al jardín, seguida por aquel joven
Nos sentamos en una hamaca que mi papa había construido cuando yo era una niña.
El silencio era abrumador, no sabia que decir, hasta que el con su grave voz cortando el aire dijo:
-¿Me tienes miedo verdad?- con un tono lúgubre.
-No, es que no soy muy buena sociabilizando.
Una pequeña risita se escapó de su boca.
-Lamento haberme chocado contigo, es que siempre estoy distraída- es lo único que se me ocurrió en ese momento
-No te preocupes, a mi también me pasa – dijo sonriendo
El silencio proseguía hasta que el me gritó
-Háblame, no te quedes callada sino me siento incomodo- dijo un poco molesto
-Lo siento, umm... ¿que cosas te agradan?-Pregunté
-Muchas cosas, amo el rap por ejemplo- contesto con gran admiración
- Oh de enserio, yo también- Respondí. Estaba totalmente sorprendida, teníamos algo en común, podía compartir con él algo que jamás pude compartir con los demás
-¿Rapeas?- Preguntó
-Si- conteste tímidamente
-No te creo, ¡demuéstrame!

Entre tantas rimas y charlas nos hicimos buenos amigos. Pronto escuchamos una voz, era mi madre.
-ChanYeol tus padres se van, ¿quieres irte con ellos o quieres quedarte a dormir?
Miré a mi madre, pensando como puede decir eso tan a la ligera.
Él sonrió y contestó.
-No creo que sea apropiado.
-No te avergüences, será como en los viejos tiempos, cuando solías llamarme tía.
La madre de ChanYeol se acercó y dijo
-Te están invitando. ¡Acepta!
-De acuerdo, me quedaré- Respondió como si no tuviera opción.
-¡Perfecto!- Gritó mi madre
A veces pienso, que ambas familias se complotaron para que estemos juntos. Tenían todo planeado.
-Dormirás con Romi como cuando eran niños- Dijo mi madre como si todavía fuéramos niños.
ChanYeol se puso colorado y yo pues no sabia que decir.
Fuimos a mi habitación, me avergonzaba que viese todas mis cosas. Pero el verdadero problema fue que como soy hija única, no había camas, así que preparé unas sabanas y acolchados para que el durmiera en el piso. Me sentía mal por él, pero más no podía hacer.
Terminé de preparar su "cama", y él se dirigió a apagar las luces. Extrañamente dejo el velador encendido, acaso sabia de mi miedo.
-¿Por qué dejas el velador encendido?
-No recuerdas, le temes a la oscuridad- Contesto riendo.
-¿Cómo lo sabes?
-Cuando éramos niños siempre pedias que no apagaran las luces.
Se acercó y acarició mi cabeza, un escalofrío recorrió cada hueso de mi cuerpo.
Nos acostamos.
Cerré mis ojos, a pesar de que me sentía nerviosa, llegó un momento en el que me quedé profundamente dormida.
De repente, sentí que alguien me abrazaba, no recordaba que ChanYeol estaba en mi habitación, me desperté y giré.
Quería gritar, pero no pude. Él estaba junto a mí, en la misma cama y me miraba.
-¿Que haces aquí?- Pregunte sorprendida.
-El piso esta frio, me enfermare. ¿Podemos dormir juntos como antes?
-¡No!
-¿Por qué no?
- ¿Que parte no entiendes de que yo soy una chica y tu un chico?
- No me importa, quiero estar junto a ti, sino no puedo dormir.
-De acuerdo, pero no me toques.
-Bueno.
Sentí que me abrazaba, gire para golpearlo, pero fue tan audaz que me acercó hacia a él y sin poder zafarme, quedamos enfrentados, podía sentí r su respiración, cuando se acercó y me besó, pude sentir como nuestros labios se fundían. Se apartó y recostado sobre mí, se durmió.
Me desperté. La escena era muy extraña, no recordaba que el fuese tan alto, me tenia junto a su cuerpo. Mi corazón latía muy rápido, pero por qué, no lo sé, intenté zafarme pero fue inútil él tenia mucha fuerza, no tuve opción mas que esperar que despertara.
Observe que era muy lindo cuando dormía, sus cabellos enrulados tan rebeldes y sus labios, que me hacían recordar aquel beso tan excitante.
Pero que digo, no debo pensar en estas cosas.
Un ruido, se escucho, ChanYeol se estaba despertando, abrió los ojos y una sonrisa se dibujó en su rostro.
-Buenos días.
-Buenos días- dije molesta.
-¿Por qué estas molesta?
-Sera porque no te despegas de mí- conteste en tono frio.
- Me acercó mas hacia él.
Mi rostro se enrojeció y el solo reía. No sabia que hacer. Se acerca más y más cuando la puerta se abrió, era mi madre. Yo no sabia donde meterme. Pensé, me matara a chancletazos, pero nada de eso, se limitó a gritar:
-La cámara, ¿donde esta la cámara?, papá ven a ver nuestra hija esta creciendo.
Me sentía la persona más humillada y patética en esta vida.
Mi padre se acercó y abrazo a ChanYeol y dijo:
-Te entrego a mi hija, pero cuídala.
Sonrojado, contestó:
-La cuidaré.
Yo no podía creer, lo que pasaba. Solo faltaba que viniesen sus padres y estábamos todos.
Pude ver a mi madre hablando por teléfono, en efecto estaba hablando con la madre de Chanyeol.
Me vestí, tenia que ir a la facultad, así que me apresuré.
-ChanYeol, acompaña a Romi a la universidad, no queremos que vaya sola- Dijo mi madre como si tramara algo.
- Si tú quieres- contestó mirándome fijo.
-De acuerdo.
De camino a la facultad, íbamos los dos, el solo se limitaba a observarme, yo no sabia que debía hacer.
Cortando el silencio dijo
-Sé que te gusto, ¿por qué lo ocultas?- se burlaba de mí, abrazándome.
-Nunca podría gustarme alguien como tu- conteste apartándolo de mi, no se por qué lo dije.
ChanYeol me miró, bajó su cabeza y se limito a decir
-Entiendo.
En todo el camino, no dijo una palabra. Me sentía muy mal, pero no sabia que hacer.
Llegamos y nos despedimos de una manera tan fría, como si fuéramos extraños.
Entré a la clase, pero no pude concentrarme, solo pensaba en aquello que ocurrió. Volví a casa, caminando en las frías calles, no pude evitar llorar, me sentía sola, extrañaba su compañía, por fin entendí que lo necesitaba, que lo amaba, que me había enamorado de él.
Pude ver unos pies que detuvieron frente a mí, con mis ojos llenos de lágrimas, vi que él estaba parado frente a mí, estaba agitado, parece que hubiese corrido.
-¡Lamento llegar tarde!- grito disculpándose
Lo miré, corrí a abrazarlo y solo pude decir
-Lamento haberte dicho esas cosas tan feas, lo dije porque estaba nerviosa, porque tú me gustas, Te quiero ChanYeol-
Me miró asombrado, me devolvió el abrazo, secó mis lágrimas con sus dedos y mirándome fijo me dijo
-Tonta, por más que me odies no puedo alejarme de la mujer que más amo.
Con sus manos tomó mi rostro y me besó tiernamente.
Me sentí la persona más feliz, era él lo que me faltaba durante todo este tiempo.
Fuimos hasta mi casa, fuimos a la habitación, nos sentamos en la cama, me miró y me dijo:
-¿No recuerdas nada de tu niñez?
-No- conteste
- Te contare porque no recuerdas.
-Cuando éramos niños, solíamos jugar mucho juntos, yo prometí que siempre estaría junto a ti y que te protegería. Tú siempre decías que querías que nos casemos. Eran momentos tan hermosos para mí pero un día, fuimos a andar en bicicleta a un bosque, nos perdimos.
Tú subiste a tu bici y fuiste por una pendiente, los frenos se rompieron y caíste, te lastimaste muy grave, estuviste inconsciente por un tiempo, me sentí un inútil. Desde ese día, decidí apartarme porque no podía protegerte pero me fue difícil estar lejos, no pude evitarlo.
Lo miré, con mis ojos llenos de lágrimas, lo abrace y lo besé...

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Muchas Gracias por Leer.


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⏰ Last updated: Jun 02, 2019 ⏰

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Ese vacío siempre fuiste túWhere stories live. Discover now