Capítulo 19

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Yo no te estaba buscando, babe.—Karol G

***

Los chicos no se despertaron hasta el mediodía, solo Virgo, Tauro y Capricornio tuvieron la suficiente fuerza de voluntad de levantarse de la cama para empezar a hacer las maletas. Era su último día en la casa de la playa, cada uno volvería a sus casa a disfrutar del último mes de vacaciones que les quedaban, antes de empezar la universidad. El siguiente en bajar hacia la sala de estar fue Géminis, que bajaba sin camiseta y con el pelo revuelto.

—El alcohol te ha sentado genial eh?—comentó burlona Capricornio cuando vio las ojeras que el rubio llevaba.—Tauro está en la cocina haciendo café, deberías beberte una taza.

—No me des la lata tan temprano Capri.—respondió este sin más, rodando los ojos y digiriéndose hacia la cocina, haciendo reír a Virgo y Capricornio.

Cuando llegó a la cocina, vio a la taurina tomándose su taza con los ojos cerrados mientras fumaba un cigarrillo. Había puesto música de fondo y bailaba al ritmo de esta sin inmutarse de la presencia del chico.

—No entiendo como puedes estar tan activa.—dijo Géminis quitándole el cigarrillo de las manos y dándole una calada. Tauro abrió los ojos asustada para luego fruncir el ceño al ver su cigarrillo en los dedos del chico.

—A diferencia de otros, algunos no le damos tanto al alcohol.—respondió ella burlona, dándole un trago a su taza de café.—Te preparo una?

—Por favor.


Pero cuando coincidimos, bebé, fue una cosa que yo no sé.


El chico se sentó en la encimera, mientras veía a la chica preparar café. Esta iba con una camiseta demasiado grande para ser de ella, así que intuyó que era de Leo. Frunció el ceño sin saber el motivo, y luego le dio otro calo a su cigarro. No podía pensar así de Tauro, no ahora.

—Vi como besabas a Acuario, por fin habéis hablado.—comentó ella mientras vertía el líquido caliente en la taza.—Ya era hora de que dierais el paso.

—No estoy seguro de haber hecho lo correcto.—respondió él cuando ella le tendió la taza. Al cogerla, sus dedos se rozaron y se miraron con complicidad, para luego apartar las manos rápidamente.

—No voy a decirte lo que tienes que hacer Géminis, simplemente te voy a decir que no le hagas daño.—dijo ella evitando la mirada del chico. Él la cogió por la muñeca y la puso entre sus piernas. Tauro lo miró con sorpresa, sin saber que hacer, y cuando él puso sus manos en sus mejillas, supo que él aún sentía algo por ella.—No hagas esto Géminis, por favor. Yo ahora estoy con Leo, estoy bien, no puedes venir y tirar por el suelo todo el trabajo que he hecho olvidándote, como para que ahora vengas y tengas los huevos de hacer esto.

—Lo siento.—respondió él sincero, soltando su mano. Ella suspiró y le acarició la mejilla con dulzura, haciendo que él cerrara los ojos ante el contacto.—Siento haberla cagado tanto contigo. Me arrepiento demasiado, créeme.

—Te creo, sé que te arrepientes. Pero si de verdad lo haces, no le hagas esto a Acuario.—dijo ella dándole un abrazo, para luego dejar un beso cariñoso en su frente e irse de la cocina, dejando al chico con un mar de emociones.


Tú fuiste conquistándome, y en tus ojos yo lo noté.


Tauro salió de la cocina con el corazón latiendo demasiado rápido. Ella estaba demasiado bien con Leo, lo adoraba, pero Géminis había sido su primer amor, y eso llevaba tiempo para poder ser cicatrizado. No sentía lo mismo por él, hacía ya mucho tiempo que había dejado de sentir amor por Géminis, pero el cariño siempre quedaba, y verlo mal no le gustaba para nada. Necesitaban esa charla, hacía tiempo que se la debían, pero Tauro sabía que se tenía que acabar ahí y no cruzar el límite.

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