Effy supo por primera vez lo que era estar enamorada al ver al extraño hombre ingresar por las puertas de Alexandria.
Daryl nunca pensó sentir cosas por una adolescente totalmente distinta a el.
Effy se encontraba hipnotizada observando por la ventana de su casa hacía afuera, mirando como una tonta enamorada al chico de la ballesta quien estaba limpiando algunas de sus flechas en el porche, había estado así desde que habían llegado a Alexandria. El libro que tenia sus manos cayó en el momento en el que su mirada se cruzó con la de el, los latidos de su corazón aumentaron inmediatamente y sus movimientos se volvieron torpes haciendo que tire otras cosas en el transcurso de levantar el dichoso libro. -¿Cariño te encuentras bien?- Deanna y la chica de largas rastas la observaron logrando que las mejillas de Effy se tiñeran de un suave rosa. -Si, lo siento, solo me distraje con algo afuera- rápidamente la chica se puso tras la cámara mientras intentaba escuchar la historia que relataba la chica que se encontraba sentada en uno de los sillones individuales. -Eso es todo Michonne, gracias por compartir con nosotras parte de tu historia- la morena asintió mientras se levantaba -cariño podrías llamar al siguiente?- Effy acompañó hasta la puerta a Michonne y quedó estática en su lugar cuando vio quien era el siguiente en la lista. El hombre de la ballesta la miró con el semblante serio y amenazante logrando asustarla. -Eh...yo...emm Deanna quiere hablar con usted- el chico paso directo hacia la casa sin decir nada, chocandola en el proceso. Effy chillo al darse cuánta que tenía un animal muerto colgando de su mano y lo siguió hasta a dentro de su casa un poco asqueada.
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El chico de la ballesta recorrió toda la sala de forma cautelosa mientras Effy lo miraba como una niña enamorada, logro saber que se llamaba Daryl Dixon, tenía 35 años, muy hábil casando animales (como la zarigüella que tenia en sus manos) y tenía un hermano que seguramente mañana entrevistarian con los demás que faltaban ya que se estaba haciendo de noche. En fin Effy pensó que era un chico muy lindo, le gustaba y sentía cosas que nunca había sentido con nadie. - les daré dos casas para que puedan acomodarse y descansar, deben estar muy cansados- mencionó Deanna a todo el grupo siendo seguida por la castaña - pueden bañarse, comer algo y mañana pueden recorrer la comunidad- Effy les sonrió a todos aunque su gesto no fue tan bien recibido por todo el grupo ya que algunos decidieron ignorarla o mirarla con desconfianza y mala cara.- Elizabeth ve a mostrarles una de las casa, hazlos sentir bienvenidos y comodos - la mujer acarició la mejilla de la chica cariñosamente a lo que ella asintió, se giró a mirar a las personas que quedaban del grupo mientras la otra mitad seguia a Deanna hacia la otra casa, realizaron un rápido tour por la casa en dónde ella rápidamente les mostró donde podían bañarse y dormir para luego despedirse y dejarlos solos.
Mientras se dirigía a su casa logro ver a Daryl así que trato de seguirlo silenciosamente para ver qué hacía, a Effy le resultaba totalmente curiosa la forma de ser del castaño ya que no hablaba casi nada y por lo poco que lo conocía no parecía ser el tipo de chico que demostrara emociones, doblo en la esquina de una de las casas y de repente el chico ya no estaba, volteó a todos lados tratando de ver dónde se había ido pero no lo encontró, resignada se giró para volver a su casa pero de repente chillo al ser empujada por alguien contra la pared más cercana, sintió el filo de un cuchillo en su cuello y sus ojos rápidamente se fijaron en los ojos azules de Daryl. - porque estás siguiéndome- Effy respiro con miedo al sentir el filo del cuchillo tan cerca - yo...lo siento...no...yo no...no quize... perdón- el castaño miro desconfiado a todos lados para confirmar que nadie lo siguiera. - porque mierda estabas siguiéndome- volvió a preguntar apretando más el filoso cuchillo - DARYL- el hombre de la gran barba apareció por detrás- está todo bien?- pequeñas lágrimas cayeron sin permiso de los ojos de Effy. - yo no hice nada- fue lo primero que se le ocurrió a la adolescente - lo juro - - Daryl sueltala - el ballestero la soltó lentamente a lo que la chica corrió asustada hacia a su casa, subió con rapidez las escaleras y se encerró en su habitación.
A pesar de que el chico era muy lindo le tenía un poco de miedo.
