El primer encuentro

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Se quedó dormido sólo unos minutos, soñó de nuevo con un apartamento que no conocía, estaba sentado en el suelo del salón sobre una mullida alfombra, tenía cerca de dos años, alguno de los adultos le regalaba un caramelo antes de besarle en la mejilla.

-Dae llegamos...

Un enorme edificio color crema se enaltecía delante de él, por alguna razón le parecía familiar, tomo un par de cajas de dentro del auto y siguió a sus padres por las escaleras hasta el nuevo apartamento. Esa sensación de familiaridad le lleno el pecho, sus ojos se abrieron de par en par al entrar a su nuevo hogar.

Tenia 8 años cuando entro en este departamento, venia de la mano de Arthit, escondiéndose de los curiosos; lo único que conocía desde siempre eran las cuatro paredes del orfanato, y de pronto un día, dos extraños muy sonrientes lo llaman hijo. Dae no tiene muchos recuerdos de cómo fue su adopción, recuerda que sus padres lo visitaban en el orfanato antes de concretar la adopción, recuerda que le llevaban regalos, dulces, galletas y robots, muchos robots. Recuerda también...

Si, ahora lo recuerda bien, el edificio y la fiesta de bienvenida, fue en esta casa donde conoció a su nueva familia, a los amigos de sus padres y a los pegajosos abuelos que siempre lo consentían; fue en este departamento donde empezó su vida como familia.

- ¿recuerdas donde esta tu habitación? - Pa'Arthit estaba detrás de el, observando la niebla de los recuerdos también.

Dae, se dejó caer en la cama, por fin habían subido todas las cajas al departamento, solo tenían dos habitaciones, una estancia cómoda un pequeño comedor y una cocina pequeña, así como un solo baño. Demasiado pequeño comparado con su casa en los suburbios. Pero agradecía sobre todas las cosas tener una familia, aunque tuviera que vivir en las calles, Dae nunca cambiaría a sus padres; tal vez, solo pediría que no fueran tan protectores.


Primer día en la universidad.

Se golpeo un dedo del pie al despertar, aun no se acostumbraba a la disposición de los muebles, Pa'Kong se levantó tarde y ahora usaba la ducha justo cuando el la necesitaba; su Pa' no iba a tardarse, pero, aun así, fue hasta la cama de sus padres y se tiro sobre de Pa'Arthit, haciendo pucheros e intentando despertarlo. Terminó enredado en las sabanas víctima de un ataque de cosquillas, al que después se sumó Pa'Kong. Sonrió de oreja a oreja, eran una familia feliz, pero, ¿Por qué él no se sentía tan feliz? ¿era el estrés y la presión? La familia perfecta, con padres perfectos necesitaba un hijo perfecto, y si... ¿si Dae no podía ser el hijo perfecto? Si bien ya no podían regresarlo al orfanato aun podían deshacerse de él.

- Dae, ¿pasaras a ver a la psicóloga después de clases? – Sus padres lo llevaron a la universidad como lo habían prometido.

- Pasaremos por ti para ir a cenar, avísanos cuando salgas... - el menor de sus padres se asomaba por la ventanilla del auto, recargándose en la pierna del otro, ganándose un manotazo de este.

- ¡Kongphob! - Dae solo rodó los ojos, sus padres siempre serán así, uno más coqueto que el otro. Despidió a sus padres y empezó el día de clases con algo de temor, sus padres le contaron historias de sus días universitarios y las novatadas que vivieron e hicieron. Ese aspecto de la universidad le daba algo de miedo.

Afortunadamente hoy por ser el primer día solo se habían presentado, los hazer les entregaron sus camisetas y les pidieron conseguir mil firmas. Recordaba las anécdotas de sus padres sobre esa actividad. Suspiro pesadamente, su vida se guiaba por recuerdos y anécdotas ajenas, Dae se presunto ¿Cuándo empezaría el a crear sus propias anécdotas?

Caminaba distraído mirando el suelo, desde que lo adoptaron, veía una vez a la semana a un psicólogo, como cualquier niño había sufrido de terrores nocturnos, mojaba la cama y tenía complejo de abandono; nueve años mas tarde, Dae aun veía al psicólogo, pero solo por el complejo de abandono y la presión de la familia perfecta. Esta visita lo ponía nervioso, debido a la mudanza, también cambiaba de psicólogo, la Dra. Khunatipapisiri recomendada por un nong de su Pa'Kong. Según había escuchado, se especializaba en familias adoptivas. Afortunadamente, su despacho estaba solo a unas cuadras del edificio en el que vivía.

Llegó solo 10 minutos antes, se sentó en la sala de espera, sacó su libreta de firmas y se imaginó que si el fuera como su Pa'Kong no tardaría ni una semana en conseguir las mil firmas, levanto la vista cuando la puerta del privado se abrió, por primera vez en sus 17 años su corazón latió con fuerza, como cada vez que repetía ese sueño en el que le besaban la mejilla; el muchacho que salía de la oficina tenia una sonrisa fina, labios delgados y los ojos más brillantes que Dae hubiese notado antes en alguna persona.

Ese muchacho pasó frente a el y le saludo educadamente, su voz le sonaba a Dae como una campanita.

-Dae Rojnapat...- una mujer mayor con lentes graciosos se asomó por la puerta llamándolo. Tenía un aspecto amable, como una abuelita linda. Se puso de pie dispuesto a entrar a la oficina cuando escucho lo que lo mantendría despierto en los próximos días:

-ve con cuidado Tewtat- se despedía la dra de aquel joven

...Tewtat...

UNIVERSO PERAYA--TEWDAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora