Capítulo 2

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Miré asustado a mi alrededor intentando analizar la situación,  simplemente se me había enganchado una costura del abrigo en una pequeña astilla y la oscura sombra que parecía acecharme se había desvanecido junto con los extraños susurros. Me reí, parecía que me había alterado por nada,  seguro que me lo había imaginado, ¿estaría perdiendo la cabeza?

Me levanté rápidamente como si no hubiera ocurrido nada de lo anterior. Caminé recto hacia la puerta, donde se encontraba Mark con mirada vacilona, igual había visto mi bochornosa caída y se estaba relamiendo o simplemente me  estaba picando como era normal. Ni idea. Era imposible averiguar lo que le pasaba por la cabeza a aquel personaje.

Recogí mi maleta y miré a mamá.

-¡Menudo palacio al que hemos ido a parar! -dije con voz sarcástica ,intentando ser gracioso.

Pero pronto me arrepentí , puesto que había parecido ofenderla.Intente retractarme,  mamá no era la misma desde que pasó ... bueno ya sabéis , había sufrido mucho y no me gustaba nada verla así. Pero la verdad es que se le hechaba muchísimo de menos,  en estos casos en los que se te ocurre más llorar que otra cosa él siempre mantenía la esperanza y siempre mantuvo ese carácter animado que tanto nos gustaba , hasta el final.

-Mamá ya verás como todo mejora- dije.

Ella me devolvió una sonrisa algo forzada y aliviadora, pero sabía que en el fondo intentaba ocultar su tristeza.

-Ve a elegir cuarto-me sugirió.

-Vale.

-Date prisa que ya sabes como es tu hermano... si te descuidas te robara la mejor habitación - comento,  intentando que pareciera un juego.

Arastre la maleta por la acera dirigiendome rápidamente hacia la casa. La verdad es que por dentro ,quitando todos los defectos de decoración y los extraños brotes de moho colocados en las ventanas, no estaba tan mal,  al menos se  mantenía en pie.

Subí fugazmente , los escalones crujian  levemente a medida que subía , y estaban tapados por una espantosa moqueta rosa con estampados primaverales.

Llegué a la segunda planta,  donde se suponía que estaban los dormitorios , y allí estaba, la habitación perfecta, tenía un baño y un gran ventanal que daba a el patio trasero, pero, en el momento que me dirigía a entrar la puerta se me cerró en toda la cara,  me caí,  me sentí como un jarro de agua fría hubiera caído sobre mi cabeza, Mark ya había llegado.

- Nene,  ¿no te han dicho que las puertas se abren , no se comen?- dijo con tono burlón.

- Si, ya me lo dijeron en preescolar ,y , por lo que veo, a ti aún no te han enseñado las maneras de tratar a la gente, cacho bobo.

-A mi si que me han enseñado,  jejeje,  pero la verdad es que no lo pongo en práctica contigo. Está habitación va a ser la mía lleva mi nombre escrito y como he llegado primero me la quedo.

Y antes de que pudiera contestarle,  apartó mi aturdido cuerpo y cerró la puerta.

Odiaba lo que abusaba de mi y, además,  siempre ganaba él.

Ahora me tocaba buscar la otra habitación y parecía que sería bastante peor que esta puesto que seguramente Mark ya habría inspeccionado previamente las habitaciones para sabde cuál era la mejor.

Busqué por toda la planta y no encontré ni rastro de la segunda habitación,  sólo había un feo papel de pared pasado de moda,  un baño y la habitación de matrimonio. Me temía que la habitación fuera o la planta superior o el sotano,  ambas aisladas de todo. Pregunté a mi madre que pasaba por allí, llebando un gran montón de ropa.

- ¿Y mi habitación? - pregunté.

- Ya veo que te has quedado sin habitación aquí... bueno... tu habitación está allí arriba.

- ¡En la buhardilla!

-Si,  pero no está nada mal , es más grande pero...

Aquel pero me puso la carne de gallina.

-¿ Pero?

-No es muy acogedora ni bonita,  pero la arreglaremos ya verás...

Tenía que ver aquella estancia,  estaría fatal teniendo en cuenta que Mark salió pitando hacia la otra habitación y que su madre había admitido que estaba mal,  cuando ella no le ve pegas a casi nada.

Subí corriendo .

El corazón me latía como cuando un niño  pequeño va a buscar sus regalos en el día de Navidad, sólo que yo simplemente quería comprobar una estancia que aparentemente tendría que estar hecha polvo.

Llegué, era una gran sala de unos 10 metros cuadrados, con una cama, un baño bastante aceptable , una ventanita circular en medio de la sala... tenía las paredes de madera  hechas añicos con la pintura levantada,  cuadros viejos y rotos...

Parecía el escenario perfecto para una película de terror.  La tenue luz que iluminaba la estancia sin duda daba el clímax perfecto.

Pero dentro de las cosas que evidentemente tenían que arreglarse encontré de nuevo algo que me llamaba  especialmente la atención.  Al rededor de la pequeña ventanita también había esparcido moho,  incluso más del que había en la planta baja.

¿Qué clase de persona vivió en aquella casa?

¿Qué razón tenía para poner esa planta en todas las ventanas?

Y ¿Porqué esa es la única casa de la calle sin reformar?

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