Parte 2

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Su abuela había hecho todos los arreglos posibles para que su cita con Jonghyun sucediera sí porque sí.

Lo peor de todo ese asunto es que le había contado a su mamá y lo único que dijo fue:

—Espero que te lleve a un lugar lindo.

Ese día quiso matar a todo el mundo.

Así que, aquí estaba, una semana después. Su abuela le estaba acomodando la camisa de botones, al parecer, irían a algún lugar elegante.

Afuera, se escuchó una bocina.

—¡Ya está aquí!—exclamó muy emocionada.

—Tu estás más emocionada que yo, deberías ir tú—le dijo enfurruñado.

Ella le sonrió—. Créeme, él no quiere una vieja y arrugada mujer. Prefiere un joven y muy hermoso niño.

Se abstuvo de repetirle por centésima vez que no era un niño, porque para su abuela, siempre lo sería.

Al abrir la puerta, una maldición casi se le escapa.

Are you fucking kidding me?

¿Los granjeros tenían Lamborghinis blancos? Porque eso parecía.

Un muy elegante Jonghyun bajó de un muy elegante auto y muy elegantemente, le extendió un brazo a Kibum.

—¿Listo?

Supongo.

Le tomó el brazo y le dio una última sonrisa a su abuela antes de subir al auto.

Jonghyun se encargó de cerrarle la puerta y de sonreírle a su abuela antes de subir al auto y arrancar hacia quién sabe donde.

—¿A dónde vamos?—preguntó por curiosidad y para romper el incómodo silencio que se había formado.

—Al restaurante de mis padres. Probablemente lo conozcas—le sonrió.

¿A este chico no se le acababan las sonrisas?

—Bueno, supongo que pronto lo sabremos.

Estuvieron conversando un poco en el trayecto, se enteró de muchas cosas. Que le gustaba, que escuchaba, dónde solía salir a divertirse, y él se encargó de hacerse conocer también.

Esta cita tampoco estaba yendo tan mal.

Se estacionaron en un lujoso restaurante. Había escuchado hablar de The Kim's Food antes, pero no era tan barato como para que cualquiera quisiera ir.

Jonghyun lo escoltó hasta una mesa, sin necesidad de un mesero y le dio la carta con el menú.

—Pide lo que quieras, corre por mi cuenta—le instó.

Kibum leyó las partes que más le interesaban, pero sinceramente, tenía miedo de pedir cualquier cosa. Era demasiado costoso.

—No lo sé, Jonghyun, ¿por qué no vamos mejor a otro lugar? Todo es muy caro, tampoco quisiera gastar todo tu dinero—Lo miró e hizo una mueca.

Jonghyun, por el contrario, le sonrió—¿Prestaste atención a cualquier cosa de lo que te dije?

—¡Por supuesto!—Kibum no era un grosero, él prestaba atención en las conversaciones.

—Entonces, me habrás escuchado decir, que este restaurante es de mi padres. Corre por mi cuenta porque no tenemos que pagar nada—le explicó.

Ahh, ahora todo tenía sentido.

Eso sea dicho, se dio la libertad de pedir lo que más le apetecía y Jonghyun sólo asintió con cada una, antes de excusarse de la mesa y desaparecer por una puerta con el cartel de "Sólo personal autorizado".

El frutero (Jongkey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora