Justo en este momento todos mis planes comienzan a deshacerse como si una avalancha los hubiera enterrado bajo su paso.
Me niego a creer que las cosas puedan acabar así como así, sin previo aviso, sin una explicación.
¿Por qué ha habido tantas trabas? ¿Por qué cuando uno intenta hacer las cosas bien pasan este tipo de situaciones?
Prácticamente me están dando a escoger entre mi futuro y el presente, ¿acaso se puede tomar una decisión de ese tipo?Sin embargo, antes de agachar la cabeza con el propósito de no ver a nadie nunca más, distingo una extraña mirada en los ojos de mi hermano. Entonces comienza a cubrir su boca con la mano derecha y le lanza una disimulada sonrisa a mi papá.
Es ahí cuando ambos comienzan a mirarse sin ser capaces de esconder lo que sea que están tramando.—¿Qué? —pregunto observando por instinto a mi alrededor. La familia de Jordan se encuentra tomando algunos trozos de pizza mientras mi hermano comienza a reír.
—Dios, tu cara —suelta volteando a ver a mi padre, quien pronto dibuja una sonrisa en su rostro a juego con la de Alonso.
De pronto ambos comienzan a reír mientras mi papá se pone de pie estirándose lo suficiente encima de la mesa para tomar un pedazo de pizza, mismo que coloca sobre mi plato como si nada hubiera sucedido.
—Nunca subestimes el poder de tu madre para los trámites —expresa mi papá colocando los codos sobre la mesa por un breve instante antes de cruzar miradas de nuevo con mi hermano—. Obviamente pudo cambiar tu vuelo, pero olvidaste por completo dejarle tu código de reserva así que lo tuvo mucho más complicado.
Justo cuando observo que ambos siguen riendo, comprendo perfectamente que es una de sus bromas de mal gusto. Vaya, viajar los habrá puesto muy de buenas, tanto que ahora conspiran en mi contra.
—¿Qué? No, no lo olvi... —comienzo a protestar pero pronto me doy cuenta de lo altamente probable que resulta que lo haya hecho.
No obstante, pronto mis hombros comienzan a relajarse como si les hubiera quitado un gran peso de encima.
No obstante, a mi lado hay otra risa que pronto se une a la de ellos por lo bajo con completa discreción.
Es entonces que volteo a ver a Alex, quien pronto se encoge de hombros intentando apagar su sonrisa.—Es verdad que casi te quedas sin verano de no ser por mamá —ríe Alonso. Lamentablemente, ahora todos han puesto su atención en nuestra conversación y yo tengo muchas ganas de matar a estos dos—. Solo queríamos ver cómo reaccionabas.
—Bueno, ¿y cómo más voy a reaccionar? —pregunto un tanto indignada. No obstante, es tanta mi felicidad por saber que todos los planes siguen en pie que comienzo a soltar todo el aire que tenía guardado y llevo una mano a mi frente—. No me caen nada bien, ¿en qué momento planearon esto?
—Antes de que llegaras —responde mi hermano—. Cuando nos dimos cuenta de que por alguna razón todo siempre se soluciona a tu favor aunque no pongas de tu parte —añade—. Dijimos: no se la pondremos tan fácil.
—¿Qué? Eso no es verdad —respondo haciendo referencia a lo que acaba de asegurar acerca de mí.
—Sí que lo es, hija —confirma mi papá—. Tienes que admitir que fue bastante gracioso —dice antes de mirar a Alex, quien todavía sigue sonriendo. Mi padre parece notarlo y todavía riendo se dirige a él—. ¿Verdad que sí?
—No puedo negarlo —contesta Alex encogiéndose de hombros otra vez.
—Lo fue —interviene una de las chicas cuando todos se han incorporado a nuestra plática—. Brindemos por que te quedas con nosotros todo el verano, anda —dice alzando su vaso sobre la mesa para que yo choque el mío con el suyo.
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Es una apuesta II ©
Teen FictionSegunda parte de la novela "Es una apuesta (No te podrías resistir a mí)" Fecha de publicación: 19.04.19