Estaciones

Un otoño en Australia

Recuerdo aquel día de otoño, te vi sentado en el parque entre las miles de hojas color café, escribiendo en tu pequeño cuaderno una de tus preciosas canciones, te veías tan concentrado, no te fijabas en nada más que en tu cuaderno, fue la razón por la que no me viste.
Amaba ver como tus mejillas tomaban un color rojizo al igual que la punta de la nariz gracias a la fría brisa de aquel día.
Amaba oír como tarareabas melodías para tus canciones.
Amaba verte cuando divagabas en tu mente buscando las palabras correctas para la canción perfecta.
Amaba como tu cabello lucía ese día, como el pequeño Leonardo Di Carpio del siglo XXI.
Verte tocar la guitarra era mi pasatiempo favorito, tu verdadera esencia se veía reflejada en cada nota, una melodía magistral para quien la oyera.

Recuerdo el primer contacto visual que hicimos, te acercaste para pedirme la hora, te veías tan seguro de ti mismo, mientras que a mi me carcomian los nervios. Entre balbuceos te dije que eran las 16:30, me agradeciste y sonreiste antes de irte... esa sonrisa, las perlas más blancas que pudiera haber visto jamás, y que nunca olvidaré.

Se había vuelto una rutina, cada jueves por la tarde ir al parque sólo para admirar tu bella música, y no era la única, varias personas lo hacían, veían el talento que tenías, todas te decían cumplidos luego de alguna canción, menos yo, jamás tuve la valentía de acercarme para decirte Hola, adoro tu música, ¿te gustaría ir por un café?, jamás pude hacerlo, pero tú si, si pudiste acercarte a mi ese jueves, sentarte frente a mi e invitarme un café. Amaba tu valentía, la admiraba.

Estaba sumamente concentrada en la oscuridad de tus ojos color café, perdía en tus finos pero carnosos labios, deleitandome con el sonido de tu voz. Nuestra afinidad era algo obvio que tarde o temprano llegaría, un gusto por la musica increíble, un exquisito amor por la moda, horas y horas hablando sobre películas clásicas y ni hablar de los libros.

Nuestro amor era digno de vociferar, te ame, te amo, y te amaré siempre. Pero ahora sólo vives en mi memoria.