Omega Rising: Parte 3

5. Reunion familiar con Barnes

En el momento en que Tony y Steve entraron en el vestíbulo, el conserje se acercó a ellos. "Capitán Rogers, ha habido una serie de llamadas telefónicas para usted ... parece muy urgente ... la línea está en espera en su habitación".

"Dios, danos un respiro!" espetó el Alfa, muy consciente de que Steve todavía estaba sintiendo los efectos de su ataque de pánico. Los intentos de calmarlo asegurándole que podían cancelar y que no tenían que asistir a la conferencia habían sido ineficaces.

"No quiero cancelar. No quiero dejar que gane. ¿No puedes ver, Tony? Él piensa que puede romperme. Él piensa que no puedo manejar esto. Voy a manejar esto... " Y con eso  apretó la mandíbula, concentrándose en respirar. Permaneció en silencio, con la expresión firme y decidida, hasta que regresaron al hotel. Incluso entonces solo tenía la mitad con eso, dejando que el brazo de Tony en su cintura lo guiara a través.

El conserje pudo sentir que algo estaba mal y retrocedió inmediatamente con un montón de disculpas, diciendo que intentaría tomar un mensaje, aunque la persona que llamó era muy insistente. Efectivamente, el teléfono estaba sonando cuando entraron en la habitación. Tony no tenía claro quién demonios los llamaría en el hotel; si era tan urgente, probablemente era Aria o el presidente, pero tenían el número de personal de Steve. ¿Steve se olvidó de cargar su teléfono otra vez? Si estuviera muerto, ¿por qué no llamarían a su celular? Sabían que los dos estaban juntos ...

"¿Quieres que conteste?" preguntó el castaño, señalando el teléfono. Lo último que necesitaba Steve era ser molestado por Dios sabe quién; Si se tratara de un reportero, se volvería loco.

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... Su compañero entró en pánico.

Lo sintió como un puñetazo en el estómago, sabía que tenía que actuar. Su principal objetivo fue encontrar a Karpov, ya que Steve fue encontrado. Pero apenas podía concentrarse en su cuaderno y se dio por vencido después de un tiempo. La urgencia de ir a proteger a su Omega fue abrumadora, apartando todos los demás pensamientos de su mente.

Recogió sus escasas pertenencias, las metió en la mochila que había robado y salió de la casa para buscar un teléfono público. No pudo, así que terminó robando un teléfono de un corredor porque era más fácil. Él la noqueó y dejó el cuerpo al costado de un sendero en el parque, poniendo un buen par de millas entre ellos antes de sacar el teléfono.

"Desliza para desbloquear", leyó. Presionó su dedo sobre la pantalla y lo deslizó; no pasó nada. Lo intentó un par de veces más, luego se dio cuenta de que su mano izquierda probablemente estaba demasiado fría. Cuando lo hizo con su mano derecha, funcionó bien.

Buscó el número del hotel Allegria y llamó, pidiendo el número de la habitación de Steve en lugar de éste directamente, ya que esto le daba más credibilidad. Preguntaron quién llamaba. Les dijo que estaba clasificado. Parecían ser cautelosos (bastante justos) y se ofrecieron a recibir un mensaje. Dijo que lo intentaría de nuevo.

Y lo hizo.

Para la vigésima llamada, el personal del hotel estaba harto de él, pero aún podía sentir la incomodidad y el miedo de Steve en sus entrañas, y no iba a darse por vencido hasta que supiera que su Omega estaba bien. Steve tuvo que volver al hotel con el tiempo; el soldado necesitaba escuchar su voz, necesitaba saber que no estaba en peligro. Si lo necesitaba, podría estar allí en treinta minutos y hacerse cargo de lo que su Omega necesitara. Eso es lo que hace un buen Alfa, después de todo.

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Tony había pensado que el asunto con el conserje había sido resuelto por completo, pero luego llegaron a su suite, donde estaba sonando el teléfono. Steve no quiso contestar. Pero sacó su móvil para encontrar que su teléfono estaba muerto y, suspiró.