un dia antes

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- Papá por faI  IIvor no me obligues a irme –pedí con ojos   izZzzzz. Él molesto y moviendo su bigote como siempre lo hacía, salió de mi cuarto haciendo rabietas.

- Te he dicho que empaques tus cosas –dijo sin darme otra opción. IEnojada y llorosa comencé a empacar mis discos favoritos. Metí todo lo que pude en mi maleta pues solo podía llevar pocas cosas. A mi padre le ofrecieron un viaje en un crucero atravesando desde Nueva York hasta Londres. Nos mudaríamos allí al terminar el viaje.

Yo vivía con mi padre aún a pesar de tener veinte años. Tenía una hermana mayor de veintidós y un hermano de diez y nueve. Acababa de graduarme de la universidad, estudié fotografía. Tenía solo una amiga y ahora que me mudaba ya no tendría a nadie. ¿Novio? No tengo tiempo para ese tipo de cursilerías. Además de que no le gustaba a nadie. Por una extraña razón me tenían miedo los chicos. Fea supongo que no era.

Mi padre nos había comprado a cada uno de mis hermanos un celular internacional. Él viajaba todo el tiempo y siempre se la pasaba mandándonos mensajes para preguntarnos nuestro paradero y ese tipo de cosas. Cosas de papás. Mi madre había fallecido hace dos años, un accidente en nuestro baño, se resbaló y se golpeó la cabeza en la tina. Una ridícula muerte ¿no? Es cierto es terrible.

-Diana–dije llamando a mi mejor amiga. Mi padre siempre me ponía crédito ilimitado para que yo llamara a todos por allí.

- ¿Ángel ? –contestó mi pelirroja amiga.

- ¿Puedes venir a mi casa? Necesito hablar contigo –dije aventándome a mi cama.

- Claro, llego en 20 minutos –dijo seria. Colgamos.

Tenía 20 años, perfectamente me podía quedar aquí. Se supone que tendría una exhibición en unos días y mi padre me lo había arruinado. Mi relación no era tan mala con él, es cierto peleábamos pero lo quería.

Bajé las escaleras y fui al comedor tomé una pera, mi fruta favorita. En la barra a mi lado estaba mi hermana, Yaireth.

- ¿Estás emocionada con el viaje? –pregunté. Ella bajó la mirada y luego alzó la cara con una sonrisa enorme.

- ¡Sí, ya quiero vivir en Londres! –yo rodé los ojos y le di una mordida a mi pera. James se acercó a nosotros y nos sonrió.

- ¿Están listas? –preguntó emocionado. El pequeño para mí era tan ñoño. Pero era mi hermanito.

- Yo no… ¿por qué ustedes sí se quieren ir? –pregunté molesta.

- Ángel, será como un nuevo comienzo. Además a mí me encantaría ver las universidades que tienen.

- Debiste de haber enviado una solicitud antes, así no te aceptarán –dije desalentándolo. Él agachó la cabeza, parecía un niño pequeño. Bajé del banco y salí para abrazarlo.

-  lo siento, no quise hacerte sentir mal –dije, él me pellizco un brazo- Odio que hagas eso James –dije molesta. Tocaron el timbre y entró mi amiga Diana, ella era alta y pelirroja. Sus ojos eran cafés y su piel era muy blanca, unas pequeñas pecas se le asomaban bajo sus ojos. Odiaba las pecas.

Diana- ¿Para qué me necesitabas? –preguntó y se sentó en mi sillón poniendo los pies en mi mesita de centro.

-Me mudo mañana, ¿recuerdas el crucero que te mencioné, Nueva York – Londres?

Diana- Sí –dijo algo preocupada- ¿Te irás?

- Sí, no pude convencer a mi padre de quedarme aquí.

Diana - Ángel, ya tienes suficiente edad como para vivir sola en cualquier parte del mundo.

- Pero no la suficiente madurez –dijo mi padre a mis espaldas. Bufé y luego Diana frunció el ceño. A ella no le agradaba mi padre.

mensajes (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora