Corto y consiso: tengo tres amigas con intentos de suicidio; y no estoy contando a todas las personas que conocí en la clínica psiquiatrica en la que me internaron.
Pasé por lo mismo, también lo intenté, sé lo que se siente; pero cada vez que escuchas "Se intentó matar" duele de la misma manera.
Llorar-gritar-desesperarce es un ciclo sin fin del cual no sé si en algún punto podré liberarme, estoy en una d elas generaciones con más alta taza de suicidio en la historia, sin contar de que vivo en uno de los países con más depresión en latinoamerica; las estadísticas no me dejan tranquila.
No sé cuando será la ultima vez que las vea, todo ocurre rápidamente y no te da tiempo a despedirte.
La primera vez que me pasó esto tenía 12 años, estaba atravesando una fuerte depresión, al igual que una de la que solía ser mi mejor amiga.
Lo recuerdo, una notificación de whatsapp, era ella. "Mari, ven al baño". Tenía perfectamente claro que sucedía, no era la primera vez que me llamaba de esa forma, sabía que ella quería desahogarse, lo que no sabía era que tanto lo necesitaba.
Estabamos en recreo, así que solo fuí, recuerdo que había una amiga más en el baño, pero no puedo acordarme quién.
Cuendo llegué esta otra amiga se fue y me quedé hablando con la que llamaré Margarita.
En algún punto me dijo que quería estar sola y se fue corriendo, por un rato solo le hice caso y solo me quedé esperando, pero luego recapacité. Corrí tras ella que se dirigía al balcón de la escuela, no tardé en darme cuenta que se quería lanzar. Así estube forcejeando unos 5 minutos mientras me decía.
-"Mari, por favor, dejame hacerlo"
-"Mari, lo necesito"
-"Mari, ya no puedo más"
-"Mari, no puedo seguir con esto"-"Por favor..."
Sus ojos completamente enrojecidos, su rostro igual, con esa expresión de desesperación que tan solo un suicida puede demostrar.
-"Margarita, yo quiero que te quedes"
-"Margarita, no tienesque irte"
-"Margarita, yo estoy aquí para ti"Intentaba lucir fuerte, lo menos intranquila posible mientras estaba de espaldas al segundo piso.
Tenía tan doce años, y estaba regulando cada segundo que mi amiga no guardara pastillas, o un cortador de cartón, o vomitara o... Es una experiencia que no le deseo ni al peor de mis enemigos.
Ya no hablo con ella en lo absoluto, creo que está mejor. Eso espero.
Luego vino la siguiente: cáncer, y la actual: depresión crónica.
Vivoen un sin fin de depresivos y a veces no sé si puedo con la presión, cada vez que siento que olvido mia piernas cortadas o las pastillas en el cajón de mi abuela hay algo que me recuerde ese 22 de agosto.
De todas formas, escribir ayuda. Espero.
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Relatos de una adolescente agobiada.
Teen FictionReceta para crear a una adolescente agobiada. Ingredientes: -200 gramos de hormonas. -100 ml de dramas familiares. -50 gramos de estrés escolar. Mezclar todos los ingredientes. ¿Qué podría salir mal?