Close the door

Salvación

- Por favor, no sigas, entendí la lección...- no podía creerlo, realmente estaba cayendo ante su juego, aunque, tampoco quería que él me violara ahí mismo.

- ¿Quién dijo que ya terminó el castigo?, si apenas va a comenzar la mejor parte.- Se inclinó a mis labios, rozó estos con los suyos, y después comenzó a besarlos lentamente. Ante esto, yo no lo correspondí, pero su insistencia era tanta, que sin darme cuenta, yo estaba cediendo ante sus suaves besos.

Su mano seguía acariciandome, pasaron algunos minutos haciéndolo, hasta que, yo estaba comenzando a reconocer un poco su toque.

Alejó sus labios de los míos, la situación había cambiado, acaso yo... ¿lo estaba disfrutando?. No. Eso no podía ser, yo no podía disfrutar que un extraño que tocara y besara de forma tan descarada.

- ¿Estás dusfrutando el castigo?- Habló con voz ronca, ante esto, negué rapidamente, no lo estaba disfrutando... mucho.

- ¿No?... humm... entonces, voy a hacer que te guste.- Soltó su mano que sostenía las mías, tomó el borde de mi playera y me la quitó. Se alejó un poco, me miró y sonrió de lado. - Vaya... si que tienes buen cuerpo, pequeño.- Me sonrojé, no pude evitarlo, pero de inmediato traté de cubrir con mis manos mi torso desnudo.

Sentí un nudo en ni garganta, ¿qué karma estaba pagando para estar en esa situación con un desconocido?, quise llorar, abrazar a mi madre para que me protegiera como cuando era niño, pero ella no estaba ahí. Me sentía desprotegido.

Se inclinó a mi pecho y comenzó a besarlo, bajó hasta mi abdomen, y ahí se detuvo. Volvió a alejarse, con sus manos tomó mis piernas, y las abrió un poco, volvió a recostarse en medio de estas, y siguió en lo suyo.

- P-por favor... no...- Susurré aún con el nudo en mi garganta, mientras sentía como bajaba sus manos hasta mi trasero.

- ¿Por favor no, qué?- Movió sus caderas un poco, haciendo un pequeño rose en nuestros miembros. Su acción me había hecho soltar un suave jadeo involuntario, anhelaba tanto que el no lo hubiera escuchado, pero así fue, él lo escuchó.

- ¿Te gusta eso?- volvió a mover sus caderas, volviendo a hacer que nuestros miembros rozaran... pero no lo hizo una vez, lo hizo muchas veces seguidas, de forma lenta.

Traté, en serio traté de no soltar ningún sonido, traté de no disfrutarlo, pero fue inútil, ante cada moviemiento suyo, mi reacción era un jadeo.

- ¿Quieres que pare?- Sentí de nuevo el movimiento de su miembro duro, contra el mío.

- S-sí...- dije con mi voz entrecortada. - ¿Seguro?- con su mano pude sentir como acariciaba mi trasero, y volvió a moverse. - S-sí... ahh~- mi voz me había traicionado. Sin pensarlo, solté un pequeño gemido, el cual era suficiente para darle oportunidad de seguir, aunque yo no lo quisiera.

- Me gusta escucharte gemir... hazlo de nuevo...- sus palabras me hacían sentir como alguien fácil, supongo que ya no había más qué hacer, él iba a hacerme lo que el quisiera...

Solo me quedaba resignarme.

Suspiré, recordé como mi madre siempre me decía que nunca me diera por vencido, en nada, pero esta vez era diferente, esta vez ya no podía hacer nada... nadie me podía ayudar.

- Juro que te va a gustar, pequeño.- Sonrió con malicia. No. No me iba a gustar, yo estaba completamente seguro. Justo cuando creí que todo estaba perdido... escuché como alguien tocaba desesperadamente la puerta de la habitación.