Malas lenguas

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Lo vuelvo a subir porque a Luz le encantó!! Gracias querida por tu apoyo y publicidad.


Yuki y Yami



La tormenta


Entonces la tormenta se desató; los truenos retumbaban en las alturas, el cielo nocturno se había cubierto con gruesas nubes cargadas de tristeza y aquel líquido vital caía a territorios urbanos en los dominios del hombre.

Yusei y Judai se encontraban en el parque donde se habían conocido por primera vez, un parque muy conocido por millones de personas por todo el mundo y donde se habían suscitado millones de historias en él.

Pero esa noche solo se encontraban ellos dos, solos, empapados por el regalo refrescante del cielo, envueltos en un aura deprimente y a la vez lleno de ira.

Judai miró el reloj, solo para advertirse de lo tarde que era; había buscado desesperadamente llamar la atención del pelinegro desde ya hace varios días, para hacer las paces y para tener una idea clara de en qué había fallado.

—Entonces este es el final, Yusei.

—Vete a casa, Judai. No tengo nada más que hablar contigo. Ah, y encima me mides el tiempo. Sabes, ni mis padres me vigilan tanto. Por Dios.

—No es lo que piensas, déjame entender...

—No quiero escuchar nada más de ti, entiende que esto se acabó.

—Yusei...

—Quédate con todo, esto es más que suficiente. Ve y acosa a otro, esto fue el límite. Gracias por todo. —Yusei simplemente se dio la media vuelta y se encaminó.

—¡Espera, Yusei! No fue mi intención herirte, no te vayas así, no quiero que quedemos así. Aun te quiero, aun siento que podemos ser, aunque esa, amigos...

Yusei caminó y no miró atrás. La relación con el castaño había tomado colores oscuros y personales. Quizás por las cosas que no se aclararon o se retorcieron más.

—Yusei...—un vacío nació en el alma de Judai, sus lágrimas se mezclaron con la lluvia en ese momento. No era la primera vez que le pasaba pero sí de una manera tan absurda.

Un mes antes

Las risas entre la pareja confortaban el ambiente, en ese entonces todo era felicidad y armonía. Yusei, pese a su apariencia sombría, era de las personas más simpáticas del mundo, a todas las personas le caía muy bien y él se daba a querer muy fácilmente.

Estaban en el parque de siempre, observando a las personas, haciendo chistes y compartiendo ideas. A los dos les gustaba el pastel de chocolate, con chispas de chocolate y relleno de chocolate. Todas las tardes eran similares, se reunían y se encontraban en ese parque para comer un pastel que adoraban, juntos.

—¿Sabes que sabor más me gusta que el pastel de chocolate? —citó Judai.

—¿Qué? —respondió simpático.

—Creo que el de fresas con crema, oh, y también el de café de moca, ahh y el de arándano, todos pero por separado, claro jejeje.

—Sí, bueno, si ese es tu gusto, lo respeto. Creo que yo no podría comer otro que no sea el pastel de chocolate.

—Sí, me gusta, pero odio que a veces le pongan picante al pastel, o miguelito o chamoy. Eso se me hace de mal gusto.

—¿Lo dices por Johan?

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⏰ Last updated: Dec 30, 2021 ⏰

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Malos entendidosWhere stories live. Discover now