Capítulo I: Acronancia

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Bueno, supongo que me conocerás por mi fama mundial. Soy Enzo. Básicamente toda mi fama se resume en escribir apasionantes historias de drama y misterio, y llevarlas a la gran pantalla con una actuación impresionante por mi parte.
Cuando aquello pasó, yo estaba escribiendo mi decimotercer libro llamado "La luz roja del foco blanco" Cuenta la historia de Lina, una muchacha con problemas familiares y una frágil estabilidad psicológica.
En esa historia aparecen escenas terriblemente sangrientas y repulsivas. Cuando empecé a escribir, note que algo faltaba a mi historia. Algo que me había dejado pasar. Era como comer sin sal.
Le dí vueltas unos cuantos días y llegé a la conclusión que le hacia falta un poco de realismo. La descripción de mis escenas de asesinatos carecía de precisión y realismo. Para poder escribir este libro a la altura de los otros me hacia falta poner en práctica una de las cosas que más odio. Aprender.
Pero, ¿A caso iba a cometer un asesinato para aprender a escribir un libro de ello mismo? La respuesta era clara. Si. Mi fama lo era todo para mi.
Tras semanas recopilando información sobre posibles víctimas, seleccione a una por unas cuantas razones que se ponían a mi favor.
Ella se llamaba Clara Marcell. Tenía 27 años. Provenía de Italia.
Sufrió la muerte de sus padres cuando apenas tenía diez años. No tenía familiares en España. Y sufría de estrés social e insomnio. Lo cual me daba unas circunstancias perfectas y una coartada impecable.
El plan constaba de tres partes:
La primera era acorralarla en un callejón oscuro que se situaba cerca de su casa. Una cada muy pobre por cierto.
Cuando Clara estuviera acorralada, me dispondría a drogarla.
La segunda parte constaba de llevarla a una nave abandonada donde tendría que abarca para que su cuerpo tuviera tiempo de limpiar su organismo de la droga. Cálculo que serán unas dos horas.
Después de ese período de tiempo, me equipare unos guantes y me hecharé pegamento para uñas en las yemas de los dedos para no dejar huellas. A continuación me dispondré a colgar una soga metálica con un nudo de ahorcado al cuello. Después amarraré la soga a una viga que se sitúa a una altura determinada con la ayuda de una escalera. Después tendré que ejecutar la tercera parte del plan.
Tiraré de la soga para que mi cómplice la gravedad haga el resto del trabajo. Podéis esperaros los que pasó a continuación.
Anoté cada retorcimiento que ejecutaba su cuello. Cada gota de espuma que salía de su boca. Cada intento fallido de escapar de esa situación. Su mirada perdida en la desesperación. Me encantaba esa mirada.
Después me dispuse a recoger mis herramientas y salir cuidadosamente de la nave. Subí a mi coche y me dispuse a ir a mi casa.

Escritor, actor y asesino en serieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora