Escritor, actor y asesino en serie

Capitilo II: Fruto

Como anterior mente planeé, la muerte de Clara Marcell no tuvo grandes consecuencias.
La policía encontró el cuerpo de Clara en la nave donde lo dejé. Fué avistado por unos niños que se habían colado en la nave abandonada. La autopsia de los forenses reveló que falleció por un ahorcamiento. Los detectives llegaron a la conclusión que fué un suicidio. O eso anunciaba la prensa.
Mi sonrisa de felicidad fue inevitable. Me hacia especialmente feliz que unos niños, habían sido marcados para toda su vida por mi culpa. Eso me hacia especial gracia.
Mis teorías son confirmadas. La policía de esta ciudad, es una corporación de incompetentes.
Ya tenía a medio hacer el primer capítulo de, lo que futuramente sería mi obra maestra. Un complejo de historias que lleva una protagonista de la cual la audiencia tendrá piedad. Es el protagonista
perfecto en, una historia perfecta.
No podía sentir tanta felicidad.
Ahora tengo que seleccionar una nueva víctima.
Esta vez seleccionaré un objetivo que supongo algo más de dificultad. Alguien que tenga una familia y amigos. Alguien con quien pueda ocasionar daños a sus seres queridos. Alguien como Marina.
Marina era una antigua compañera mía de la secundaria. Ella me hacía la vida imposible en aquel entonces. Pero nadie lo supo nunca.
Ahora es madre casada con dos hijas. Una de doce años y otra de apenas nueve. Su marido trabaja e  la estación de policía de su barrio. Su casa no tiene una seguridad excelente. Simplemente, espléndido.
El plan sería más fácil de tramar, y a cuanto mayor el esfuerzo, mayor será la dosis que tu cerebro te de de felicidad.
Quiero. Quiero verla sufrir como ella me lo hacía a mi. Y tengo unas cuantas ideas para ello.
La primera consta de secuestrarla como en la víctima anterior.
Ella solía tirarme los libros al suelo. Me sería sumamente satisfactorio acumular una pila enorme de papeles, al rededor de un pilar de madera y atarla al pilar de madera para posteriormente quemar los papeles y a ella con ellos.
Solo de imaginarlo, no puedo evitar sacar una pequeña sonrisa.