Charlas nocturnas con uno mismo

Ella

Mirarla era un placer tan grande, la podía ver dormir, comer, ducharse, nadar, la podía ver como sea y para mí seguía siendo lo más hermoso que existe.

Ella, ella y su perfecta sonrisa, ella y su pelo desordenadamente ordenado y precioso, ella, ella y su manera de pensar, que me hacía creer que todo tenía solución, que todo pasaría, que nada estaba mal.

Ella y sus abrazos que me hacían sentir tan protegido, ella y si locura, siempre era una aventura nueva estar con ella, ella y su manera de hacerme sentir, me hacía sentir tan completo, feliz, hermoso.

Era simplemente ella, podría ser la piba más inperfecta para el mundo, pero para mí era la cosita más hermosa que existe.
Me podrían decir miles de cosas pero solo creía en ella.
Tenía defectos como todo el mundo, pero era justo eso lo que la hacía tan especial, que no eran más defectos para mí, para mí eran perfecciones, detalles que la hacían ser aún más completa de lo que era.

Tenía estrías y fuaaa no les miento, para mí no existe cosa mas hermosa que sus estrías, por qué era ella, era su verdadera piel, por qué cada centímetro de ella para mí era la gloria.

Su alegría tan contagiosa como ella sola, por qué era ella, cuando sonreía, cuando hacía lo imposible para verte feliz aunque sea el peor de los días de tu vida, era ella, ella y su manera de ser lo que tanto me encantaba.

No creo que exista la perfección en si, pero sí creo que cada persona tiene su propio pensamiento sobre eso, para algunos la perfección está en el físico o lo exterior, en otros es un auto, una mascota, las personalidades, pero para mí era ella, simplemente ella y nada más