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JAEMIN

—No, mejor te la chupo yo y luego me la chupas tú, para emocionarme y ponerme más... Hot—Dije lo último susurrándole en el oído.

—Bueno, nomás que no se me va a parar, yo soy un macho y no ando acostándome con gays.

Ay el gay de closet le dicen a este, si dice eso es por que nunca me ha conocido, pero ya estoy aquí, ábranse perras.

—Yo con el puro soplido te la paro, vas a ver.

Y  así que empieza el toma, pícale y ráscale.

Me dirigí a sus pantalones exóticos de bob esponja y le baje la cremallera, dejando salir el salchichón.
Pero no cualquier cosa, era uno de tamaño jumbo manas. Hasta se me hizo agua la boca deberás.

No perdí más tiempo y empecé a chuparasela a manera bestial y con hambre de la que no hay, haciéndolo disfrutar a mas no poder o eso es lo que notaba al ver sus ojos de huevo.

A este pareciera que lo están poseyendo o le están haciendo un exorcismo al culero.

Yo seguí con mi tarea hasta que siento como me agarra la masacuata (miembro viril masculino) y le mete un apretón de aquellos, casi me ahorca a el "Johnny" me la quería arrancar.

—Oye si no estas batallando para meter la cuarta infeliz, CÁLMALA ... CÁLMALA VATOOO.

—Nombre si la tienes bien rica, ahorita te la voy a chupar.

El chico bien extasiado ya, se acomodó en frente de
mi ya contento "Johnny" y empezó a devorarlo ferozmente, metiéndole diente y todo el cabrón.

—Hey mijo... Raspa cabrón, se chupa con los labios, no con los dientes.

El chico apenado volvió a intentarle para practicar
Hasta que por fin entendió la técnica y empezó a chupar y a chupar, emocionado y exitado a mas no poder y yo dejándome querer como una vil puta.

—Eres una putaa.—Dijo exitado.

Oie y a este ¿que le pasa?
A mi no me tiene por que ofender, yo me doy a respetar siempre.

—Respétame oye.

—Te encanta el chilee.—Volvió a decir el vato.

—Ay ay venderás piñas en la plaza Hidalgo pendejo, si el que me la esta chupando eres tú.

El wey siguió chupandomela, hasta que sentí que ya casi se venia mi hora feliz y al parecer Jeno se enteró.

—¡Sueltalos! ¡Suéltalos!—Me exigió.

Ya no aguanté más y se los dejé ir.

El hombre se dió una gozadera brutal y yo quedé como chivito acabo de nacer, bien tembloroso y pendejo para caminar.

Y claro que si chicos, después de ese día nos casamos al amanecer y al día de hoy ya tenemos tres hijos.
Renito, Choncho Y el mas pequeño se llama Jesus del Parque.

Una historia de amor que siempre les cuento a mis bebés para ir a dormir.


FIN

"Kilómetro 26"  [NOMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora