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Carta de amor propio:

Sé que muchos días te has mirado al espejo y no te ha gustado el reflejo que te devolvía.
Sinceramente, no te culpo, pues la soledad te había colocado un velo que no te dejaba ver con claridad toda la potencialidad que tu piel escondía.
Ahora sé que has dejado de mirar piel y ves alma, porque qué más da el papel de regalo, si lo que quiero, si lo que amo, si lo que aprecio es lo que hay dentro. Te has caído tantas veces tropezando con el camino que la sociedad te imponía, que cuando por fin te arrancaste el velo pudiste ver que el camino correcto correcto sienpre habia estado a tu lado.
Hoy te quieres, te amas, te aprecias, o al menos me han dicho que lo estás intentando. Mira tu cicatrices, incluso las invisibles, y mimalas. Son las pistas que te trajeron a la senda del amor propio. No sé si eres ya ave fénix o todavia estás en proceso de, pero lo que si sé es que creo en ti.
Con los ojos abiertos y con los ojos cerrandos, pero nunca tapados...

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