Sentimientos involuntarios bajo el código de hermanos [TPN]

Capítulo Único

Advertencia: El siguiente material posee insinuaciones homosexuales. The Promised Neverland/Yakuneba y sus personajes son propiedad de Kaiu Shirai y Posuka Demizu. La siguiente historia está escrita enteramente sin fines de lucro. Por favor apoyar el material original.

Género: Humor/Romance.

AU: Donde NormanFem es la hermana pequeña de Norman (todos los demás personajes pertenecen al canon, por lo tanto no existen las versiones Genderbender de Emma y Ray.) 

Pairings: Noremma (menciones al RayAnna)

Nota: hay cosas que las crea el diablo y luego estoy yo.

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Sentimientos involuntarios bajo el código de hermanos

En la hermandad existían seis normas doradas; mandamientos inquebrantables que no deben ser rotos bajo ninguna circunstancia, y de hacerlo bien puedes prepararte para suicidarte o prenderte fuego en la cocina. O meterte un tiro en la cabeza, lo que prefieras.

De verdad, de la buena.

Y Nora siempre las ha cumplido perfectamente al pie de la letra, sin rechistar o reclamar, porque claro, los buenos hermanos no deben discutir por esa clase de tonterías. Perfecto y simple. Ahora repasémoslas:

1. Lo que sucede en una pelea se queda en la pelea, sin objeciones. Y al primer cabrón que lo chivee lo pagara con genocidio.

Resulta que esa es fácil porque ellos nunca han sido del tipo que se lo toma a los golpes, ambos se llevan bien desde niños y James Ratri podría estar agradecido eternamente con el cielo, o  con cualquier deidad extraña.

2.  A ninguno de los dos le es permitido comerse el último trozo de pizza, darse patadas en la mesa o coger el mando del televisor primero que el otro. Todo debe ser equitativo y sino, ser resulto con democracia.

Esta regla aplica especialmente en las noches de juegos y películas. Vincent siempre se asusta cuando ambos se miran fijamente. Las peleas por los últimos trozos son cruciales. Aunque al final, siempre aparecen Cislo y Barbará para impedir el desastre o Zazie para comerse el ultimo bocado.

3. Si alguno de los dos le cuenta un secreto al otro este NO PODRA, bajo ninguna circunstancia, situación o motivo, decírselo a nadie.

Los secretos son tan sagrados para ellos, como lo son los cerillos (y Anna)  para Ray.

4. Nadie puede hacerle Bullying a tu hermano, ya sea en el colegio o en el parque, porque los hermanos deben protegerte mutuamente, eso sí, entre ambos todo está permitido (darse capones, mordiscos, burlarse en público), que para eso son hermanos. 

No tiene ningún comentario para esto. Ray era el Bully personal de ambos.

5. Las cosas importantes deberán compartirse siempre. Al igual que las ideas estúpidas.

Vale, quizá no haya sido lo suficiente honesta con esta regla, pero sus razones tienen que ver con el punto siguiente.

6. Ambos, bajo ninguna circunstancia, jamás, deberán enamorarse de la misma persona.

¿Recuerdan lo que dijo sobre la regla número cinco?

La imagen más antigua que tenía de ella constituía cuando era muy pequeña, seguramente de unos cinco años y medio (quizás un poco más). Estaba leyendo bajo la sombra de un gran árbol en el parque cerca de su casa. Su hermano se encontraba jugando junto a un chico que no conocía; tenía el pelo negro y parte del flequillo le tapa un poco el ojo izquierdo, en sus manos cargaba un pequeño reloj de bolsillo que miraba con aburrimiento y Nora podía intuir que no era una mala persona. Aun si no le creía mal tipo, Nora sentía tanto curiosidad como desconfianza.