Vértigo

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"Gran conmoción en Seúl, Corea del sur. La mayor parte de la masa de gente alrededor de las instalaciones de BIGHIT Entertaiment comienza a tornarse agresiva aunque se confirma que la boyband surcoreana BANGTAN SONYEONDAN no se encuentra en el edificio, los fans buscan una confirmación de parte de Bang PD"

-Tus chinos se volvieron locos.

- Cállate.

Era una noche fría donde dos amigos compartían un café. La nieve hacía su aparición ante el cortante pero afectuoso encuentro de aquellos jóvenes que no se veían de hace mucho tiempo. Ambos sabían que sr ubicaban en una situación grave si se econtraban, pero él sentía que necesitaba verla aunque sea una última vez, incluso si recibía indiferencia de parte de aquella chica con la que vivió y lloró la mayor parte de si vida, sin dejarse solo el uno con el otro.

-Dime que haces aquí.

-Estoy bebiendo café...

La chica de cabello oscuro y de poca paciencia suelta un ligero golpe en el hombro de su compañero haciendo que este se queje y se haga para atrás

-No te vendría mal relajarte un poco ahora, ya sé que irás a casa después y te perderás otra vez, relájate.

La joven pensó varias veces en su paranoia. Bebió su café y lo miró perdida en la profundidad de sus pensamientos

-Tienes esa mala costumbre...- habló su amigo pálido sacándole de su trance. -de ver a las personas como si leyeras su mente o supieras su peor pecado.-

-Tal ves sé el tuyo- respondió sin pena haciendo que el chico trague en seco nervioso, bingo.

-Dime que haces aquí -lo toma de la oreja poniéndose de pie, poniendo énfasis en la ultima palabra

-Ah, no-no. Suelta, SUELTA! -sostiene la muñeca de la chica sin hacerla daño haciendo que esta suavise su agarre

-¡¿Qué estás haciendo en Denver?!

- TE VINE A VISITAR, ¡¿NO PUEDO?! -exclamó molesto el chico de cabello castaño soltandose de ella. Se miraron unos segundos pensando en las probables acciones del otro que se vendrían a continuación.

-Sabes coreano, ¿verdad? -susurró- deberías aprovechar lo que pasa en ese país en irte a escoder ahí. Yo creo en ti, eres muy capaz de hacer tu vida en donde sea.

-No opines sobre lo que debo hacer, ¿vale? -se exaltó- de seguro ya dieron conmigo porque entraste a mi casa y eso no es de tomarse a la ligera -volvió a sentarse en el mismo lugar- nos estamos arriesgando y aún así no nos alejamos ahora mismo

Pum, a él le dolió más.

"Ella te va a encontrar" es lo único que logró susurrar antes de irse cabizbajo pateando la arena con nieve que tenía a sus pies, dejando a quien decía ser su amiga con las palabras en la boca

-Me lleva....

Ella sabía. Sabía que la iban a encontrar, más por él tarado de su amigo que dio a conocer su ubicación visitandola.

Molesta hasta las puntas de sus pies tomó su mochila y procedió a correr al último bus que la llevaría a lo que era su casa momentáneamente hasta ese día. Pensó varias veces en que tipo de plan estúpido tendría su madre ahora. Sonrió con amargura para sí misma y antes de lagrimear un poco mordió su labio para soportar su molestia. Porque ella jamás lloraría por su madre. Jamás.

Vió a través de aquél cristal que tenía a su lado izquierdo como empezó a caer nieve de la nada pero lo tomó normal ya que era entre los días más fríos de la temporada.

"Qué coincidencia... " pensó.

Y todo sus pensamientos e igual que su mirada se tornaron oscuros.

Lo pensó varias veces antes de entrar en pánico. En esos últimos años su ansiedad la estaba matando y era una probable situación donde la asiendad había engañado su mente. La chica se llevó la mano al rostro refregando este al igual que su cabello. Pensó y pensó

-No puede ser verdad -rió para sí misma pensando que a lo mejor el tiempo la volvió paranoica. Los pensó una última vez antes de cambiar a un semblante bien serio

- No puede ser una coincidencia... y no lo es.

Tembló su cuerpo al darse cuenta que lo había confirmado. Su amigo la estaba llamando al celular y notó de que algo malo atentaría con ella. Algo muy malo...

-ANGIE, TIENES QUE BAJARTE DE ESE BUS Y CORRE MALDITA SEA - escuchó agitado a su amigos como si este hubiera corrido una maratón ese mismo instante-

-¿¡Qué ocurre Farid?! -respondí comenzando a ponerme paranoica.

- Esos hombres... de las fotos de tu habitación. V-van por ti ahora. Tienes que correr joder. -podía escuchar como sus pies chocaban contra el suelo como si de un caballo se tratara.

El bus paró en seco de la nada. Los ví. Eran ellos quienes por fin habían dado conmigo

-MANOS EN LA CABEZA! AHORA, AHORA, AHORA!

Toda la gente asustada comenzó a gritar mientras se lanzaban al poco suelo que había en el bus. Aquellos encapuchados confirmaron mi identidad y sin pensarlo dos veces abrí completamente la ventana para salir por ella hasta que uno corrió hacia mí.

- A donde te largas maldita zorra! Eh?! -y sin más, empuñé mi arma, aquella que siempre cargaba como emergencia pero jamás la había tomado correctamente

-No.. te muevas, maldita rata asquerosa -le apunté decidida a hacer lo que sea para escapar. Reí por lo bajo, planeaba que hacer, esta gente pagaría por algo que yo hice

- Me disparará como lo hizo con su padre? -rió al igual que sus compañeros de al frente

- Imbécil.. -le solté un buen golpe con la parte baja del arma y al instante se acercó uno más atentando contra mi y no dudé en disparar su pierna y su brazo.

- NO SE MUEVA NINGUNO -apunté a varias direcciones y lo más inteligente que se me puso ocurrir es apuntarme a mi misma. -O me vuelo el cerebro ahora mismo ya que no tengo nada que perder.- Ellos retrocederían, me necesitaban viva, lo sabía, estaba dispuesta a hacerlo. -dejen salir a esta gente y arreglen cualquier cosa conmigo-

Otra llamada.

-Farid. -contesté y la sangre se me congeló con aquel bufido al otro lado de la línea.

Mierda... tenía que ser, estabamos cavando nuestra propia tumba.

-¿Aún mueres por este mocoso mal agradecido que vendió tu información? -me daba asco hasta su voz

-¡Oh! Hablas de esa que tu se la diste y le obligaste a subir justo cuando estaba conmigo en esa habitación? -reí.-

- Angie, no compliques las cosas y nadie saldrá herido.- río la mujer tratando de no romper su voz

-Herido mis cojones, suelta a Farid o me disparo y lo perderás todo que es lo que te mereces, desgraciada.

-Tsk. No recuerdo haberte criado así pequeña. -comenzó a reirse y disparó tres veces cortando la llamada.

-¿Farid?... ¡¿FARID?!... -joder... la había cagado. Re cagado esta vez. Algo muy profundo me sacó una idea derrepente. Farid no moriría tan fácil. Al escuchar esos disparos me distraje dando la oportunidad de que me atracaran. Quitandome el arma y sometiendome contra el suelo.

-Ahora si nos vamos a divertir preciosa -habló aquella voz gruesa que al intante me lamió la mejilla. Asco, asco

Me había jodido la vida en ese pequeño instante y con ello, me cargaba la vida de mi mejor amigo y el único en el que podía confiar.

-Carajo...

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⏰ Última actualización: Jun 10, 2019 ⏰

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