Real ending

912 80 5
                                    

Jimin estaba a con una navaja a pocos centímetros de su piel; mientras recordaba las veces en que Yoongi llegaba tarde con muchos olores demás y con grandes marcas que mostraban que ya no era suyo.
Si no de alguien más.
No pensó mucho cuando hizo la primera cortada; suave y sin nada de sangre, hizo la segunda sintiéndose mejor.
Siguió y siguió hasta que quedó satisfecho, camino hacia la cama; esparciendo sangre por dónde arrastraba sus pies descalzos; se vio al espejo y lo escupió; odiandose y reclamandose el porque su gran amor le había fallado.
Se odiaba y mucho.
Tenía asco de si mismo.
Quería acabar con todo.
Así que cuando iba a hacer la cortada final; una silueta aparece por la ventana y la sigue hasta que llega detrás de él.
Sabía quién era; pero no le importó.
Soltó la navaja y lo observo a través del espejo.
Después de todo Yoongi nunca escucho las veces que le dijo que se sentía perseguido y acosado.
Se dejó llevar; cuando sintió una mano en su muñeca maltratada; el dolor ya no lo sentía.
No sentía nada.

Caminaron hasta la cama; sintió que le quitaban prenda por prenda hasta tener frío, sintió como una cosa filosa pasaba por su piel cortando por todo su pecho, sintió como la lengua de el pasaba fuertemente por estas y como absorbía su piel.
Trato de alejarlo cuando la cosa afilada le corto su mano y la aferró a la sabana.
Abrió los ojos cuando el vaivén de las caderas contrarias empezó, sin querer experimentó otro tipo de dolor.
Uno desgarrador y asqueroso.
Sntió un objeto frío y filudo al borde de su cuello y supo que debia dejarlo seguir, con una sonrisa le dijo:

"Sigue; mi esposo no llegará hoy; ni mañana; ni nunca"

Con esas palabras Taemin; en nombre de su obsesión; cortó y tomo la delicada cabeza de Jimin y la abrazó con fuerza para ponerla en una bolsa preciosa.
Salió de allí; dejando una nota de una de sus canciones favoritas en la mano del asqueroso Park Jimin.

Y por fin fue feliz.

La sorpresa *Yoonmin*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora