Las noches estrelladas de la ciudad de Nápoles era siempre dignas de la fotografía más prestigiosa de la colección de un fotógrafo italiano profesional. Su belleza era simplemente indiscutible, pero dejando de lado la preciosa vista que el pueblo podía ofrecer a sus turistas y habitantes, este también contaba con cosas tan malas e inmorales que eran impensables. Una de estas era la red de prostitución de Italia, de la cual se encargaba parcialmente la mafia. Sola sabían de ellas personas que eran parte de pandillas controladas por grupos de Passione, criminales desapercibidos y residentes normales con una suerte implacable.
Las calles a esas horas eran sumamente calladas tanto como peligrosas, pues solía haber robos o asesinatos de vez en cuando a tales tiempos. Pero para un hombre tan afortunado como Guido Mista, estas situaciones nunca se habían dado en sus cortos 21 años de vida en aquella ciudad tan pintoresca como peligrosa que era tan transitada por sus bellos paisajes.
Mista era un hombre de clase media, con un suave tono moreno de piel, un despeinado cabello azabache que cubría con un gorro color rojo con blanco y azul, y finalmente, un extraño pero extravagante sentido de la moda. Era bastante humilde, no se dejaba influenciar de forma fácil y tenía una hermosa novia que iba por el nombre de Trish Una, con la cual llevaba unos 8 meses.
Caminaba de forma tranquila, viendo los como los establecimientos cerrados reposaban serenos a los laterales de la calle y las luces mercuriales brillaban a lo que más daba para brindar iluminación a aquel lugar. Su recorrido de todas las noches usualmente era perfecto para deshacerse del estrés que sufría por el trabajo, pero aquel día Mista venia con la cabeza en miles de otros lugares, siendo incapaz de relajar su moreno cuerpo.
Cuando de pronto, en la cuadra de enfrente, ve a un muchacho más joven que él salir de forma calmada de un establecimiento por el cual pasaba a diario debido a la ruta que tomaba para llegar a casa del agotador trabajo, pero ni una sola vez había ingresado en este por obvias razones. Aquel lugar era un prostíbulo gay al cual solo tenía acceso cierto personal de la mafia y gente con exuberantes cantidades de dinero en la billetera. No era evidente, pues el edificio simulaba ser de unos departamentos para que los residentes de la ciudad no sospecharan de la misteriosa actividad que se llevaba dentro de este. Lo sabía debido a que mientras pasaba por enfrente del lugar un día normal de su caminata nocturna, escuchó a algunos hombres hablar de esto. Pero Guido Mista era heterosexual, por lo cual entrar ahí y descubrir lo que había adentro no le era de importancia en lo absoluto, tampoco era de su incumbencia.
Pudo ver como el joven que acaba de salir se le quedó mirando unos segundos, antes de comenzar a caminar hacia él, rompiendo el contacto visual que sostuvo por breves momentos. Guido tranquilamente siguió caminando como si nada estuviera pasando, pues no era de su incumbencia conocer la razón por la cual el muchacho caminaba a su dirección.
Pero el pánico comenzó cuando el chico se paró a un lado suyo, haciendo que el chico de 21 años frenara su paso y se quedara estático a un lado del otro. Así obtuvo una mejor del chico.
Era un poco más bajo que Mista con respecto a la estatura. Su piel era más blanca que la nieve, sus ojos eran de un precioso color turquesa, sus labios gruesos poseían un adorable color rosa, sus pestañas estaban largas a la vez rizadas naturalmente y tenía una cabellera dorada de ensueños la cual mantenía peinada en una trenza por la parte trasera y unos curiosos rizos en la parte frontal, como si fueran donas. Con respecto a sus ropas, portaba un traje de dos piezas color rosa con detalles dorados y un gran escote en forma de corazón en la parte del pecho, contaba igualmente con unos broches en forma de mariquitas azules y zapatos de un azul más oscuro. Se veía bastante decente para un muchacho que trabajaba en un lugar como ese, y la verdad, que también se veía bastante joven para esto, asemejaba a alguien de unos 18.
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↳ 💋₊˚. ··· Hot Pink Seduction »»-Gɪᴏᴍɪs-«« ➶ᵗʷᵒ⁻ˢʰᵒᵗ➴
Short StoryMista es un hombre afortunado, ¿No es así? Tiene una casa enorme, un trabajo bien pagado y una novia divina. Pero fue una noche en la que una de ellas fue a parar lejos.