Los dos estaban en el cuarto de hotel, Mista estaba sumamente confundido y se sentía estúpido por no haber escapado antes de las garras de aquel dulce muchacho que se encontraba enfrente suyo, quitándose hasta la última prenda de ropa que yacía sobre su blanco cuerpo, revelando una pequeña estrella en la zona de la escápula, la cual resaltaba por el color rosa fuerte que tenía.
No era de mentir, el joven había sido concebido con el cuerpo de un ángel o de una estatua de la antigua Grecia. Sus proporciones eran simplemente celestiales, y eso era algo que absolutamente nadie podría negar. Sumándole a eso, su piel blanca y sus resaltantes subtonos rosas le daban apariencia de una muñeca frágil de porcelana, tan perfecto que se a quien sea se haría difícil decir que no al físico fino de aquel muchacho.
El moreno finalmente salió de sus estáticos pensamientos al sentir que el opuesto estaba sentado junto a él en la cama, tocando su muslo de forma sensual para seguir provocándolo. En su mente, seguía rehusándose a realizar esto, pero su cuerpo era un maldito traidor, necesitando hasta el mínimo contacto que el rubio le daba. Nunca en las pocas veces que lo estimularon lo habían hecho de esta forma tan delirante, pero ¿qué podía esperarse de alguien que trabajaba en un prostíbulo gay? Estaba seguro que ya había hecho esto con miles de otros hombres, atrapándolos primero como lo hizo con él, parecía bastante experto en esto.
– Vamos, amor, será solo uno vez, lo prometo– Deslizó su delicada mano pálida del muslo a la entrepierna del chico, acariciando un poco la zona que estaba aún cubierta por la tela de los pantalones de Guido, quien se alejó un poco del tacto. Lo deseaba, pero no caería tan fácil aún.
– A-aléjate– Le reprochó por cuarta vez en la noche, lo que este chico ojiazul tenia de atractivo lo tenía igualmente de terco. Por obvias razones, no lo dejó en paz y con mucho entusiasmo, se acercó a su oído para lamer el lóbulo de su oreja.
– ¿Quieres escuchar un dato curioso para relajarte? Es mi primera vez~– Su caliente respiración chocaba con aquella sensible zona de la oreja del de ojos negros, quien luchaba aun internamente por controlar sus impulsos, incluso si ya se estaba cediendo lentamente a sus encantos debido a la extrema excitación que estaba sintiendo, se sentía indefenso y como si fuera a explotar en cualquier segundo. Como era de esperar, dijo la primera cosa razonable que se le vino a la mente.
– N-no me importa, debo regresar a casa... con Trish– Dentro de aquella cabeza calenturienta tan confundida, el trato ya no estaba sonando tan mal. Había sido ya bastante tiempo que Trish no lo satisfacía de una forma tan completa y ahora su lado impulsivo estaba por salir a la luz, cualquier estimulo externo más y se daba por hombre muerto.
– No digas ese nombre de nuevo, Olvídate de ella– Guido tragó saliva, cerrando sus ojos para no dejarse llevar, respiraba con sus cansados pulmones de forma profunda, con el fin de tranquilizar su creciente calentura. – Hoy solo seremos nosotros dos ¿De acuerdo?– El joven pálido le quitó su gorra de lana y con cuidado acarició sus despeinados cabellos azabaches. – En caso de que no recuerdes, mi nombre es Giorno– Lo besó rápidamente, un contacto de labios corto y tierno, como si le estuviera dando una pequeña introducción a lo que estaba por pasar.
El moreno siguió con sus técnicas de tranquilización, respirando profundamente y cerrando sus ojos como si su vida dependiera de aquel acto de resistencia. Pero en cuestión de pocos segundos pudo sentir como una respiración se acercaba a sus pantalones, bajando la cremallera con la misma boca de labios color rosa que tanto deseaba tener a este punto. Había caído bajo.
– Mista, deja de contenerte. No tenemos que contarle a nadie sobre esto– Susurró nuevamente con su tono sensual que salía de la voz dulce, ambos deseaban esto, pero el mayor no quería admitir la atracción que comenzaba a crecer por el joven. – Esto te va a gustar, espérame unos segundos, cariño~– Dicho esto, Giorno bajó la ropa interior de Mista, liberando aquella palpitante erección que ya soltaba liquido pre seminal de toda la tensión sexual que estuvo resistiendo durante toda la noche. Retiró completamente sus prendas inferiores, dejándolo solamente en su suéter corto. – Veo que tus músculos no son lo único grande que tenemos por aquí~– Tomó el gran miembro, con mucha valentía le dio un primer lengüetazo suave y cálido, causándole un ligero escalofrío al opuesto.
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↳ 💋₊˚. ··· Hot Pink Seduction »»-Gɪᴏᴍɪs-«« ➶ᵗʷᵒ⁻ˢʰᵒᵗ➴
ContoMista es un hombre afortunado, ¿No es así? Tiene una casa enorme, un trabajo bien pagado y una novia divina. Pero fue una noche en la que una de ellas fue a parar lejos.