Capítulo único

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Dedicado a: KennethMcCormick12

Espero te guste, bb. <3💕


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Todo inicia con un joven de 20 años, de nombre Kenneth McCormick. Este joven de rubia melena, ojos color océano y cuerpo trabajado, hizo un pacto con un demonio, a cambio del poder de obtener a toda persona que se le antoje.

Ahora, el podría hacer que cualquiera cayera rendido hacia él, y en su ambición iba a adueñarse de su cuerpo.

¿Qué haría un humano con tal poder? Se preguntarán, pues.. El quería un harem, era absurdo pero, todos tenemos todo tipo de gustos y fetiches, porque así es nuestra esta extraña especie.

Desde la oscuridad del gran castillo que este joven había heredado de sus progenitores. Se escuchaban pasos resonar en los oscuros y largos pasillos.

Era el muchacho rubio, que llevaba en sus brazos a un rubio de largos y lazios cabellos, este portaba un suéter rojo junto a unos shorts marrones, tenía unos ojos azules, que eran opacados al hechizo que el rubio mayor le había hecho.

El rubio mostaza tenía una sonrisa en sus labios, así que era verdad. “Un beso y a tus pies caerán rendidos”

Su sonrisa se agrandó mientras camino a su habitación, no iba a perder la oportunidad de poseer el pequeño y fragil cuerpo que tenía en sus brazos, porque, ahora era suyo.

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A cada día que pasaba, su obsesión por la belleza de los jovenes crecía, ahora era enfermiza y descontrolada.

En el pueblo cada vez estaban más alertas, los jovenes de las familias habían estado desapareciendo sin dejar rastro, y esto estaba causando pánico entre las calles.

Todo inició desde la trágica desaparición del joven Pirrup.

Creyeron que era por su estatus social y comenzaron su búsqueda, pero error, de él le siguió ahora un chico de la familia Donovan, Clyde. Aterrando aún más a las personas.

Apenas había pasado un més y ya nadie salía o dejaba salir a sus hijos, era todo un caos, las puertas y ventanas de las casas con hijos. Cerradas y bloqueadas.

Pero claro, mientras tanto el rubio gozaba de sus víctimas, dejando marcas de propiedad en sus pieles, disfrutando cada suspiro, cada gemido, cada roze.

Todo era magnífico, tenía a todos sus preciados tesoros en su castillo, hoy iba a salir al pueblo a buscar a su conejito, para unirlo a su colección.

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Eran las 4 de la tarde cuando salió de su palacio para encaminarse hacia el pueblo, fueron aproximadamente 30 minutos de viaje para poder llegar a dicho destino.

El rubio bajo de su carruaje mientras observaba sus alrededores, mirando los carteles de desaparición de varias de sus víctimas, formando así una sonrisa en sus labios.

Comenzó a caminar buscando al pequeño Stotch, encontrándose una joya invaluable en su camino, un rubio de iris bicolor, azul del cielo y amarillo del sol. Era perfecto para su colección.

Redes. [Kenneth McCormick] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora