Silencio, necesito silencio.
¿Qué voy hacer conmigo?
Desintoxicarse de personas, lugares, hábitos es necesario para poder lograr un cambio. Pero el recuerdo de tu sonrisa sigue regresando a mi mente cuando no pienso en nada. Estar callada, es la manera en la forma en la que mis pensamientos empiezan a hablar dentro de mi. Y tú de alguna manera te colas en mi cabeza sin que pueda controlarlo.
Llegar tarde, pero llegar, sobre todo si es en domingo o en pijama, también es un don. Tú me llegaste tan tarde que fue un milagro encontrarnos.
Hace semanas no canto.
Te escribí, porque las pupilas no van solas, ni las palabras significan sin tinta. A ti que miraste, yo te di un poeta, aún haciéndolo francamente mal. Pero tú te quedaste, porque la verdad es, aún con adornos. Yo te quise como quieren las imprentas. De tanto hablar, un día nos conocimos para sabernos, no había idioma pero teníamos la letra. Y hemos resistido, porque hicimos la tempestad para aguantar la vela en ella. Tú me sabes y yo te sé, qué carajo tan bello, no tener explicación para nosotros… Más allá del poema.
Tu nunca morirás para mi.
Te amo, por siempre y para siempre.
