01

606 75 25
                                    

Los días pasaban cada vez más rápido. Las horas se hacían minutos, los minutos segundos y los segundos milisegundos. Cada tramo de tiempo era gastado por el chico de cabellera grisácea, quién vagaba por ahí, sin molestar a nadie. No era conocido, muy pocas personas lo divisaban. A las seis de la tarde en punto, salía de su casa y se dirigía al hospital que quedaba a unas cuadras de esta. Ese mismo día, no fue así.

Son Dongju caminaba de regreso a su casa, después de la sesión al terapeuta y psicólogo. Cabizbajo pateando las piedras, chocó con otro chico. Era unos cuántos centímetros más bajo que él.

"Lo siento mucho, no fue mi intención chocar contigo." El chico de mayor estatura se disculpó haciendo una pequeña reverencia hacia él.

"Tranquilo." Le sonrió amablemente una vez que el menor ya no estaba encorvado. "¿Quieres que te acompañe?"

"N-No." Dongju se consideraba un jóven tímido y con pocos amigos, se le hacía muy difícil hablar con cierta normalidad y seguridad. "Tengo que irme, hasta luego."

Volvió hacer una reverencia, y cuando estaba a punto de abandonar el lugar, el rubio le tomó por un hombro. "Te acompañaré."

[...]

Los dos jóvenes caminaban en un silencio absoluto, ninguno estaba destinado a romper el silencio; no hasta que el chico rubio habló.

"¿Puedo saber tu nombre?" Le miró amistosamente.

"Son Dongju."

"Lindo nombre. Soy Hwanwoong, Yeo Hwanwoong." Los dos compartieron miradas y volvieron a quedar en silencio.

Esa tarde estaba fresca, comenzaban a caer las hojas de los árboles, lo que significa que el invierno comenzaría hacerse presente pronto. Dongju sintió un viento helado recorrer en su nuca, haciendo que este temblara. Hwanwoong se dió cuenta de esto, se sacó la chaqueta que llevaba y la colocó sobre los hombros del más jóven.

"Gracias." Musitó.

"Dongju, ¿Hacia dónde te diriges?" El rubio no aguantó más la curiosidad y esa pregunta salió de su boca. "Bueno, si no me quieres decir, no importa. Yo sólo quiero procurarme a dónde alguien tan jóven va, y más a estas altas horas de la noche."

"Voy de regreso a mi casa."

"¿De regreso?" El grisáceo asintió sin prestarle mucha atención. "¿En dónde estabas anteriormente?"

"En el hospital que está a unos metros de nosotros. Todos los días tengo hora a las seis en punto con mi terapeuta y mi psicólogo." Suspiró agotado. "La verdad, es que esta rutina ya se me hace cansadora. Tampoco salgo mucho de casa porque mi mamá no me deja."

"¿Por qué vas al terapeuta y psicólogo?" Hwanwoong se golpeaba internamente por ser tan curioso.

"Porque tengo bulimia."

El chico rubio que se encontraba a su lado se quedó gélido. ¿Realmente tenía esa enfermedad? Su estado físico no parecía tan mal... ¿O sí?

"Desde... ¿Desde qué edad eres bulímico?" Hwanwoong volvió su vista hacia delante, aterrado por la vida del chico.

"Desde que tengo diez años."

"¿Y cuántos años tienes ahora?"

"Diecinueve años."

Hwanwoong se quedó con las palabras en la punta de la lengua, sin saber qué decir, bajó sus hombros. El camino se volvió largo e incómodo. No se escuchaba absolutamente nada en el ambiente. Escuchó un suspiro salir de los labios del más jóven, llamando su atención. Se giró a verle y pudo ver que una pequeña lágrima rodaba por una de sus mejillas. Aparentemente, Hwanwoong había tocado un tema delicado para Dongju.
Woong sin previo aviso, abrazó por delante a Dongju. Los dos se fundieron en un abrazo que el más joven siempre deseó, alguien que lo abrazara de aquella manera, sin hacer un comentario por su cuerpo o salud. El abrazo en el que se brindaba amor, cariñoso y empatía. Un abrazo totalmente real, sin mentiras ni falsedades.

"No me importa tu cuerpo ahora o después" Hwanwoong habló bajito. "Yo estaré ahí para ayudarte a salir de todo esto. No importa si nos conocimos hace unos minutos, desde hoy en adelante podré conocerte más. No importan las demás personas, importas tú. Solamente tú."

Los chicos se quedaron en esa posición unos minutos más, hasta que comenzó una llovizna ligera, y tuvieron que irse. Pero como Hwanwoong dijo que nunca lo dejaría solo, los dos chicos se encaminaron a la casa de Dongju.

anatomía | xiwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora