Un adorable Yoongi.

1.9K 230 30
                                    


Hoseok podía entenderse de maravilla con su compañero nuevo de cuarto, y no específicamente porque hablarán, si no, por el simple hecho de que se sentía familiarizado con él al poder comunicarse a la perfección en lenguaje de señas. Hoseok había vivido con su hermano mayor Jimin quien era sordo mudo, y por ende tuvo que aprender el lenguaje de señas al igual que sus padres y su hermana, al mismo tiempo que se le hacía muy tierna la personalidad del pequeño blanquecino que estaba en la habitación que compartían.

El instituto privado al que asistían era especial, no de la manera mala, sino era de las que solo aprueban a buenos estudiantes destacados y de buena posición económica, que el pequeño blanquecino estuviera ahí había sido pura suerte, ya que su novio Jungkook había decidido darle la beca a su pareja, justificándose con que el no era para esas cosas, que prefería libertad a estar encerrado 24/5 durante tres años. Yoongi gustoso aceptó, hablo con sus padres y estos aprobaron a que se fuera a estudiar a Seúl en una de las academias más importantes. No significaba que fuera pobre, pero la aceptación en esa escuela era realmente pesada si de familias empoderadas se tratara.

Yoongi era rubio y su piel blanca como la nieve, sus labios rojos como las cerezas, su cuerpo era delgado y pequeño, todo una ternura. Además que su personalidad era la de un principito rosa, todo un tierno gatito bebé. Quien lo conociera se enamoraría de él al instante.
Era así; más cuando las personas no podían comunicarse con él como debía -hablando- se alejaban de él y preferían ya no volver a dirigirle "la palabra". También tenía su mejor amigo Seokjin quien no sabía mucho de señas, pero cada vez que podía le regalaba una libreta a Yoongi para que pudieran comunicarse, al blanquecino le parecía lindo el gesto y se sentía bien junto a Jin cada que conversaban. Más sin embargo en el momento en el que había entrado a la nueva institución se sintió un tanto decaído y triste. No conocía a nadie, y tampoco pensaba que fuera a hacer tantos amigos. Sin embargo se alegró tanto al conocer a Hoseok y ver que podía comunicarse con él, tanto que le abrazo el mismo día que le conoció.

Pasando los meses llegaron a conocerse más que bien. Hoseok sentía empatía hacía su pequeño compañero. Le veía en ocasiones con mirada penetrante y siendo "discreto", Yoongi le parecía sin duda una joyita. Encantador, adorable y hermoso, tanto por fuera como en su corazón. Sentía sus mejillas arder cuando era pillado viéndole y se sentía avergonzado. También estaba el hecho de que le parecía innato el que su novio le hablara tan fríamente cuando hacían las video llamadas. Se dio cuenta que Kook entendía bien el lenguaje de señas pero la manera en como le hablaba y trataba no eran de un novio que quisiera a su pareja.

Era viernes y vio a Yoongi colocarse unos aparatitos en su oídos. -cosa que casi nunca hacía, porque hasta dónde tenía entendido le molestaba mucho, ya que había tenido una operación de pequeño, dejándole una dificultad más, no podía usar su aparatito más de una hora porque sino le dolía horrible su cabecita- El blanquecino hizo una mueca de desagrado y se dispuso a conversar con el que decía era su novio.

-Me siento muy triste, no he podido verte desde que me vine aquí, te extraño mucho. -vio como formaba palabras con sus manos detrás de su escritorio. Pero se molestó cuando le oyó la respuesta a Jungkook.

-Yoongi, pareces un niño de 5 años, que tonto eres... estamos muy lejos... es obvio que esto iba a pasar... ¿Por qué crees que no quise irme?

-Pero, puedes venir un fin de semana, e irte el lunes por la mañana. Si quieres puedo darte de mis ahorros para el viaje... pero quiero verte. -ver a Yoongi hablar con sus manitas blanquitas era la cosa más tierna que podía presenciar Hoseok. Su corazón se hizo añicos, quería abrazar a su compañero. Siempre le había parecido tan lindo y adorable desde que le conoció.

Un Adorable Yoongi. ~Hopega~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora