Y ahí estaba ella,sentada en la sala de espera contando los minutos que faltaban para que por fín llegara su turno.
Dudando entre esperar y descubrir su tan salvaje actividad o salir corriendo y ahorrarse la humillación.
Una mezcla de coraje y vergüenza la tenían al borde de perder los nervios. Para prueba las llaves del carísimo coche de su "amigo" girando sin parar en sus dedos.
¿Cómo podía tener tan semejante mala suerte?
Para colmo el dolor en el vientre la obligaba a removerse en la silla sin parar y ya casi que ni disimular podía.
"Maldito..."
Murmura cuando al fin escucha su nombre salir de la boca de la enfermera.
Entra y por su propio bien intenta ser sincera con la antipática ginecologa.
Ésta, lejos de actuar como la estupenda profesional que seguramente sea, le aconseja de manera sútil que deje de meterse cosas grandes dónde no debe,al menos por un tiempo.
Más furiosa que avergonzada sale de la consulta antes que sus poderes hagan que esa señora estalle frente a sus pacientes.
Desde el bolsillo de su pantalón escucha una melodía que no reconoce.
Se había olvidado por completo que antes de salir para la consulta ella y su "amigo" habían intercambiado los teléfonos.
Demasido entretenida en su actividad había olvidado cargar la batería del teléfono y a la mañana siguiente sólo por no escucharlo más había aceptado el intercambio que el chico le había propuesto.
Mira en la pantalla el mensaje de un más que molesto Bruce.
“¿Otra vez estás con Raven?”
“No señor Wayne...Su hijo está atado a la cama del hotel. Cuando llegue pensaré si lo desato...”
.......
