“... Solo es necesario tomar una píldora y todo cambiará. El mundo tal y como lo conocemos habrá cambiado para siempre...”.
Y ese científico a quien tachaban de loco no podía estar menos equivocado. Sus palabras se convirtieron en el más preciado de los recuerdos de la humanidad. La llegada del hombre a la Luna quedó olvidada en un rincón de los grandes avances al igual que los nombres de dichos astronautas. La imprenta fue sepultada súbitamente por este nuevo invento revolucionario que había cambiado la vida, no solo de algunos, sino de toda la población mundial. Este nuevo descubrimiento científico hizo sombra a todo lo conocido anteriormente. Incluso marcó el comienzo de una nueva época después de la Edad Contemporánea: la Edad de los Inicios. Se llegó a la conclusión de escoger dicho nombre ya que era una nueva era llena de comienzos y avances, pero que no llegaría nunca a su fin. Una edad interminable.
Hubo disputas, como en cualquier otro cambio importante en el rumbo de la humanidad. Los ecologistas y médicos se unieron para eliminar la “Píldora Maldita”, nombre con la que se la conoció durante los primeros doscientos años, pero era mucho mayor el deseo de las personas de tomarla y adquirir sus efectos milagrosos que no pudieron hacer nada para evitar su distribución a nivel mundial.
“... Solo es necesario tomar una píldora y todo cambiará. El mundo tal y como lo conocemos habrá cambiado para siempre...” repetían cada mañana los habitantes de todos los lugares del planeta. Era su nueva forma de agradecer las nuevas oportunidades que les brindaba la vida, ya que las religiones habían dejado de tener influencia en las personas y se habían extinguido, quedando como un leve susurro de las épocas pasadas en las cuales la gente era supersticiosa y crédula. En las cuales solo salvaban sus mentes unos pocos que hacían uso de su razón y negaban la existencia de un ser superior.
De repente los ordenadores de todos los hogares de Reyk —ciudad que antiguamente recibía el nombre de Reykjavík— se encendieron. En la pantalla aparecían las siglas BWU —Beginning of the World Union— y, más tarde, la figura de una anciana mujer. Al verla todos quedaron extrañados. La Madre Initia solo aparecía públicamente si era estrictamente necesario. Debía de ser un comunicado de máxima importancia.
—Queridos conciudadanos —comenzó a decir entre resoplidos. Sus ojos ya eran incapaces de abrirse y no podía caminar sin la compañía de su máquina personal. Aunque no era de extrañar, Initia, como su propio nombre indicaba, era la primera persona en tomar la Diripio hacía ya más de setecientos años. Fue la Madre de los Inicios, el conejillo de indias del científico Herb, la persona más anciana del planeta.Conocida más familiarmente como Initia—, se ha producido la alianza de las tierras del este con las tierras del oeste. Finalmente hemos conseguido la tan esperada Paz Mundial. Podemos alegrarnos, somos los precursores del cambio.
Una sonrisa apareció en los rostros de todos. No habían recibido una tan buena noticia desde la creación del nuevo idioma común, conocido como Uduami.
—Agradezcamos a Herb —continuó. Se notaba en su voz la alegría y el entusiasmo que sentía al pronunciar dichas palabras. La muerte de su hijo le había hecho ver lo orgullosa que estaba de él y de su revolucionario invento—. Ha sido él quien nos ha traído esta época de prosperidad y alegría. ¡Initio, desde aquí te recordamos!
—¡Initio, desde aquí te recordamos! —gritaron todos los que la estaban escuchando. Al oírlos, otros lo repitieron. Y así hasta que prácticamente el mundo entero sabía del mensaje esperanzador de Initia.
Los altos edificios retumbaban más que cualquier otro día. Por fin tenían todo aquello que más querían: un único idioma, la paz mundial, felicidad incondicional y, sobre todo, inmortalidad. Una vida eterna.
Después de apagar las cámaras, Initia se sentó en su silla de ruedas. Llevaba en ella más de cinco siglos ya que a sus piernas había dejado de llegarles sangre.
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Agatha
Science FictionDiripio, la píldora que concede el mayor anhelo de la humanidad desde tiempos inmemorables, algo por lo que cualquiera traicionaría a sus seres más queridos: la inmortalidad. Nos situamos en una nueva época en la cual nadie termina con su vida pero...