-Hola Jeni- me dice Eric- ¿Por qué tan sola?
-Siempre es así- tomo agua- nadie come conmigo, bueno, esta es la primera vez que alguien come conmigo.
-No entiendo porque no les agradas, si eres tan hermosa.- me sonríe.
-Ni yo. Y no me digas hermosa por favor.
-Intentaré no hacerlo.
Empezamos a comer, y noto que Marley se acerca, al igual que Kenay, no se porque vendrán pero me alegra que se acerquen. Pero sospecho que no es por mí, yo soy invisible para todos ellos; no existo.
-Hola- dice Marley- ¿Eres Eric no?
-Si así es- me voltea a ver- ¿Por qué?
-Sólo venía a decirte que te juntes con nosotros, porque esa chica no es agradable. Y creo que eso arruinaria tu reputación como nuevo, se desaparecería en un dos por tres por ella- me voltea a ver
-Ustedes son los que se equivocan, es muy agradable; es mi amiga.
-¿Pero no notas lo fea que es, y lo extraña?
-No porque sea diferente a ustedes, significa que sea fea. Es hermosa tal y como ella es.
-Bueno te lo pierdes Eric. Pero te lo advertí.
-Anda hermano, vente con nosotros- le dice Kenay a Eric.
-Estoy bien con Jennifer, pero si quieren se pueden sentar con nosotros.
-Esta bien- dice Marley- pero que la fenómeno se siente a lado de ti en la esquina.
-Claro- me sonríe para indicarme que me siente a su lado.
-¿De dónde eres Eric? - pregunta Marley.
-Ya les dije en clase de historia, ¿A caso me prestaron atención?
-A si claro, lo siento no escuche lo sé.
Todos están muy interesados en Eric, pero no en mí y siento como si fuera invisible, como el chico de el libro de "Si tan solo pudiera verte". Siempre son así conmigo, no les agrado. De repente Kenay choca conmigo.
-Lo siento- me mira a los ojos y me quedo inmovil.
-No importa
-Disculpa ¿cómo te llamas?
-Soy Jennifer, llevo toda mi vida contigo en las clases.
-A si claro, ahora lo recuerdo.- me siento muy nerviosa, nunca había hablado con Kenay.- Nunca hablas en clase
-Lo sé, es solo que no me gusta hablar- y sonrío levemente.
-¿Jeni te parece si vamos al bosque después de clases?- me pregunta Eric
-Si quieres, solo que tengo que estar temprano en mi casa.
-No importa- me sonríe.- solo quiero estar contigo.
No dejo de pensar en que nadie me conoce ni me merece; que nadie me aprecia. Estoy sola en este mundo, con Eric. Como desearía ser como los demás, no entiendo por qué yo no puedo pertenecer con ellos; yo también soy una persona y también tengo sentimientos. Entonces ¿ Qué nos hace diferentes?
-Vamos Chica de ojos lindos- me dice a mi Eric y le sonrío.
-Ya voy Eric
Seguimos caminando hasta que el interrumpe el silencio.
-¿Sabes lo especial que eres? - no se a que se refiere; me voltea a ver- Pero nadie se da cuenta de ello.
-No soy nada de especial, lo único que quiero es ser como ellos.
-Pero si fueras alguien de ellos, no serías tú. A lo que me refiero es que nunca te interesarías en los libros.
- ¿Libros? Espera un momento- le digo y se para un momento- ¿Quién te dijo que me gusta leer libros? Yo nunca lo mencione.
- No lo sé, ¿Segura que tu no me lo dijiste?
-Estoy tan segura como que me llamo Jennifer.
- Pues entonces adiviné. - y me voltea a ver.
- ¿Qué ves en mí?- lle digo mirando al suelo, con un mechon de cabello en mi cara que se a safado de mi coleta.
Eric me toma la cara la levanta, me acomoda el mechon detrás de mi oreja y me dice:
-Tú no lo notas pero yo sí. Eres hermosa y especial, eso es lo que veo en ti.
-¿Por qué siempre me mientes? La belleza no existe en mí, es algo que he descubierto durante años.
-No miento, tu belleza esta ahí, dentro de ti.- me da un beso en el cachete- Bueno ya llegamos a tu casa, hasta mañana.- No sé que hacer exactamente.
-Adiós- le digo muy tarde.
Entro en mí casa inconsientemente. No puedo permitir que nadie juegue conmigo, ni que me haga sufrir más de lo que he sufrido. No puedo permitir que Eric sea mi amigo. Eso tiene que acabar. Tengo que seguir con mi vieja vida y dejar eso atrás. Mi mente está en blanco y me veo a mí llorando como lo hacía antes; llorando por los mismos sentimientos o emociones que me hacían llorar antes.
No puedo decirle a nadie esto, no puedo confiar en nadie, ni siquiera en mis padres, ellos nunca me entienden ni me entenderán son demasiado ignorantes e idiotas como para darse cuenta de mis problemas.
Esa noche mi madre tuvo una reunión de trabajo en mi casa. No podía distraerme conmigo misma por el ruido de la reunión, así que baje las escaleras hasta un punto en el que no me vieran pero que yo pudiera escuchar.
-No podemos permitir que vengan más- dice un hombre de voz no muy grave.
-Tenemos que encontralo ya- dice mi madre
-Pero ¿Qué exactamente?
-Es un reloj de arena, dorado.
Yo tengo un reloj de arena parecido pienso. Luego reflexiono y me doy cuenta de que es ese, pero nunca lo entregaré, es mío.
-Tenemos que ser muy discretos y no podemos dejar que nos descubran.
-Exacto! Nosotros somos los que debemos descubrirlos no ellos a nosotros- dice mi madre.
¿Quiénes seran ellos? Esto es un poco confuso pero no me puedo quedar con la duda.
-Bueno ya se hace tarde y no debemos de estar fuera a estas horas, así que vayanse todos ahora.
-Nos vemos mañana
-Gracias por la cena
-No hay de que.
Me subo a mi cuarto rápidamente, pero con un cuidado exagerado y silencioso. No se de que se podrá tratar todo esto, pero se supone que debo de dormir ya. Me acomodo y me duermo. Pero esta noche no es como todas, esta noche tuve un sueño, pero no un sueño cualquiera.
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Negra por fuera, blanca por dentro
Science FictionSoy yo la seria de tu salón que siempre esta callada. Nadie me habla, y nadie me molesta. Un día en invierno decidí ir al bosque a observar la nieve, pero no fue como la última vez. Cambió totalmente y yo también lo hice. Me gusta el chico que sale...