Lo divise desde lejos, el tenia su típico parado, de "Yo soy el mejor, mírenme"... colocaba sus manos en sus bolsillos delanteros de su jeans, y fumaba un cigarrillo, observando a los lados. Me acerque a él, por detrás lentamente y después tape sus ojos, con mis dos manos.
-¿Quién soy?-pregunte, riendo entre dientes.
-Déjate de estupideces Madison, siempre haces lo mismo-dijo molesto, lo cual me extraño demasiado, ya que no tendía a tener esa actitud conmigo. No desde que comenzamos una relación como pareja.
Rápidamente quite mis manos, el se giro a mirarme.
-Sabes que bueno que te miro, porque quiero aclarar un par de cosas-dijo algo molesto, y con la voz fría. El dio una última calada al cigarrillo. Tiro del humo en mi cara, y después lo tiro, para después cruzarse de brazos, mientras yo, lo miraba extrañada y confundida.
-Que sucede?-pregunte, pero mi voz tembló, ya que estaba nerviosa.
-Primera cosa...-señalo con su dedo-ya no quiero nada contigo, me tienes enfadado con tus cursilerías niñatas y estúpidas de una chica de 17 años, ya eh obtenido lo que quería... asi que puedes irte despidiendo de mí, segunda cosa, nunca...escúchame muy bien Madison NUNCA te eh querido, jamás te quise siempre fuiste un reto para mí, pero veo que fuiste más fácil que aprender la tabla del uno y tercera cosa, eres demasiado buena en la cama nena- dijo fríamente y sentí mis lagrimas rodar por mis mejillas al instante.
Estaba en Shock, no sabía si correr, seguir llorando, tirarme al piso, oh simplemente romperle la estúpida cara al imbécil que tenía enfrente.
Asi que opte por la última, y al instante le di un golpe en el rostro, con mi mano cerrada. El se tambaleo un poco por el golpe.
-eres una perra- gruño molesto
Paso seguido. Fue el correr, corrí rápidamente, mientras mis lágrimas rodaban sin parar. Me sentía tan estúpida. Tan idiota, por a ver creído en sus "Te Amo", por a ver sido tan ingenua. Tenía ganas de gritar, sentía un nudo en mi garganta, de desahogarme golpeando.
Mis lágrimas no permitían ver lo suficiente a mis lados, ya que solo distinguía siluetas. Pero aun asi no importaba quería correr hasta que mis piernas fallaran y ya no pudiera mas.
Sometida en mis pensamientos, no me di cuenta que había tropezado con algo, oh mejor dicho con alguien. Ya que distingue una mano, que me ofrecía su apoyo.
Levante mi mirada, y me encontré con unos ojos color miel, profundos.
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