Engañada.

∆Capitulo 10∆

LÍA

Después de que mirara como Doug llevara a una chica a la salida me sentí mal, sentí un nudo en la garganta.

Pero...

No tenía por qué ni siquiera éramos nada.

Para cuándo terminó el receso me dispuse a ir a mi clase.

— la profesora no va venir — dice una de las chicas.

— Gracias por avisar — sonrió a modo de gratitud.

Iré al campus eso es lo que haré, tengo que estudiar, pronto serán los exámenes y no entiendo química.

Me siento en una de las bancas que hay en el campus y saco mi libro de química y mi marcatextos. DEMONIOS no logro concentrarme.

— ¿Quién soy mi bella Lía? — dice Theo.

— Theo, obviamente — digo sonriendo.

— ¿Cómo lo supiste? — se sienta a lado de mi.

— Intuición — me encojo de hombros.

— Mi preciosa Lía ¿Que estudias? — Pregunta Theo viendo el libro sobre mi regazo.

— Química mi príncipe — digo sonrojándome.

— ¿Tienes planes hoy?¿Podemos ir a tomar un café? De paso te puedo ayudar a estudiar — dice Theo nervioso.

— Theo no es por ofender pero vas peor que yo en muchas materias — digo.

— Bueno, tú puedes ayudarme preciosa, ¿Que dices? — dice sonriendo me.

Pero antes de que pueda contestar, alguien lo hace.

— No, no puede tiene planes hoy conmigo — dicen detrás de mí.

¿Quién se cree? Primero se va con alguien a hacer quién sabe que cosa y ahora se porta como si estuviera celoso.

Cómo si eso fuera posible, no le gustas

Lo miro enojada y sorprendida, pero el no me mira, Theo y Doug se están retando se con la mirada.

Pero claro, el puede irse a besuquear con otras pero yo no puedo salir con alguien verdad.

— Tiene razón Doug, hoy no puedo — digo haciendo que dos pares de ojos me miren.

Doug mira a Theo con autosuficiencia. Pero antes de que Doug cante victoria digo.

— Pero mañana si puedo, te parece si te veo en la cafetería La percola a las cuatro — digo ganandome una mirada dura de parte de Doug.

— Te veré ahí preciosa, me tengo que ir a clase, nos vemos después — dice guiñándome un ojo.

— ¿Que? — le digo a Doug después de que se va Theo.

Doug agarra mi codo y me lleva  detrás de las gradas.

— ¿Por qué aceptaste? — dice enojado.

— Puedo hacer lo que yo quiera con quién yo quiera, ese no es tu problema — repito sus palabras.

Da un paso hacia atrás como si mis palabras se tratarán de un golpe. Pronto se recompone y sus ojos se vuelven más obscuros.

— Tienes razón, no me importa — dice haciendo que se arme un nudo en mi garganta — Al rato tenemos una cena con mi padre, ponte un vestido por favor — añade.

— Cómo lo dije hace rato, no puedo, hoy es cena familiar Doug, no puedo faltar — digo intentando ocultar que me hirieron sus palabras.

— Bien, entonces será el sábado — dice aparentando los puños.