Dice una vieja leyenda japonesa que todos estamos destinados para una persona en este mundo, no importa su género, no importa que tan lejos este, siempre estas destinada a una persona en este mundo. Y la encontraras tarde o temprano, estamos destinados a tu otra mitad con un hilo rojo, si, un hilo rojo, invisible para los ojos humanos, pero es un hilo irrompible, se estira cuanto quiera sin romperse.
¿Una leyenda de amor? ¿Imposible? Depende de tu pensamiento, te contaré una historia de dos chicos, dos hombres que se enamoraron una vez… Te invito a sentarte para escucharla.
Un hombre de 29 años, se ha mudado a pequeño pueblo de SouthPort, su nombre era Álvaro. Él tenía un secreto, algo que tenía que ocultar, por eso tuvo la opción de mudarse a un pequeño pueblo donde podría alejarse de todo, de todo lo que en su vida le parecía difícil.
Álvaro no se imaginó que en ese pequeño pueblo podría encontrar a una persona que cautivara ese corazón que él ya se imaginaba que se marchito desde bastante tiempo.
Alejandro, con 31 años de experiencia, sabía que enamorarse no era para nada fácil, el típico hombre que nunca busco el amor, el único amor que él conocía era el amor hacia los botes, su negocio técnicamente se trataba de botes y pesca.
Estos dos hombres nunca se imaginaban que un día una vieja leyenda lograría que su corazón frio y desinteresado, se cautivara al conocer a su otra mitad… a la otra mitad de su hilo rojo.
¿Coincidencia? ¿Destino? Nunca se sabrá.
Una cosa se está segura, y es que el amor puede lograr cosas imposibles, lograr de regalar cariño cuando se creía que eso ya era imposible.
¿Te animas a conocer esta historia?
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