Capitulo 2

328 25 9
                                    

Álvaro seguía embobado con los ojos de Alejandro, pero regreso a normalidad al luego de darse una bofetada en su imaginación, debía actuar normal.

-Bueno, si. Necesito ayuda, quería ir a pescar en el lago cerca de mi casa, y necesitaba una caña para eso –Dijo Álvaro con un tono tranquilo, Alejandro lo vio con una sonrisa haciendo que él se pusiera un poco nervioso- ¿Qué ocurre?

-Si quieres recibir un rayo en tu cabeza, esa es perfecta para ti –Respondió Alejandro con una sonrisa burlona haciendo que Álvaro se sintiera apenado- Te recomiendo mejor está de fibra de vidrio –Continuo tomando otra caña de color azul- y creo que este peso será perfecto para ti

-¿Me estas llamando débil?- Pregunto Álvaro arqueando una ceja, obteniendo una pequeña carcajada de Alejandro

-No te lo tomes así, te lo digo por recomendación –Alejandro le hizo señas para que lo siguiera hasta la caja registradora- ¿Será tu primera vez pescando?

-La verdad es que sí, es para matar el tiempo –al pronunciar la palabra “matar” le provoco a Álvaro una tensión en sus hombros y le supo amarga- espero que sea fácil

-Es muy fácil, te ira bien –Comento Alejandro introduciendo el precio de la caña en la caja registradora- Pero si es tu primera vez, imagino que no tendrás anillas o anzuelos de repuesto –Álvaro negó con la cabeza- Bien… Por ser principiante en esto, te regalare unos con unas carnadas extra –Alejandro levantó la vista para encontrarse con los ojos de Álvaro, quien asintió un poco avergonzado por la actitud tan bondadosa de Alejandro- Serán unos $25.00

Álvaro pago en efectivo, tomo las cosas y antes de salir de la tienda escucho la voz de Alejandro por detrás de él- Oye… Si necesitas clases de pesca, no dudes en decirme, que tengo tiempo libre –Álvaro se giró a verlo para asentir con su cabeza en señal de agradecimiento y siguió caminando.

El camino hacia su hogar sin duda alguna no era largo, era tranquilo y corto, las ventajas de vivir en un bosque. Mientras abría la puerta de su casa escucho unos pasos acercarse lo cual lo hizo ponerse nervioso, giró rápidamente para encontrarse con una chica de cabello largo negro, una sonrisa hermosa, con ojos café brillante, llevaba una blusa de Batman, sin duda alguna, era muy mona la chica.

-Con que tú eres mi nuevo vecino! –Comento con alegría la chica mientras se acercaba a Álvaro con una hermosa sonrisa- Me llamo María José, pero mis amigos me dicen Majo

-Mucho gusto, me llamo Álvaro –Extendió su mano para tomar la de Majo con una sonrisa- Pensé que era el único viviendo por esta zona

-Yo pensaba lo mismo, pero creo que ambos nos equivocamos –Dijo con una pequeña sonrisa- Bueno, cualquier cosa estaré a unos pocos árboles a tu izquierda –Dijo señalando a una pequeña cabaña que se veía a lo lejos- Cualquier cosa puedes buscarme ahí, Álvaro

-Muchas gracias, y cualquier cosa tu puedes venir a mi casa –Ambos se sonrieron, Álvaro por alguna razón se sentía cómodo hablando con Majo, era como reencontrarse con una vieja amiga, siguió la vista de Majo hasta la caña de pescar- Esto… Lo compre para no aburrirme mucho en este lugar

-Si me pasa lo mismo, la compraste donde… Alejandro, no? –Álvaro la vio extrañado, ya que no había comentado nada de eso- Tranquilo, no estaba siguiéndote, simplemente que este pueblo es tan pequeño que se sabe todo –Esto último hizo sentirse a Álvaro increíblemente nervioso, no quería que absolutamente nadie supiera nada de él- Bueno, espero que disfrutes tu estadía aquí, nos vemos mañana!

Majo se fue con una sonrisa y Álvaro no pudo negarse a la idea de poner preguntarle a ella más sobre Alejandro, pero sabía que eso no era de su incumbencia, así que entro a su casa para dejar las cosas en un lugar seguro y se puso a leer un poco.

Pasadas las semanas, Álvaro ya sabía cómo utilizar mejor la caña de pescar, no era gran cosa, pero sin duda alguna no era aún fácil eso. Álvaro siguió llegando a la tienda de Alejandro para nuevas carnadas, siempre que llegaba él ya tenía preparado unos botes de carnada para Álvaro, sin duda alguna, ya conocía su horario de llegada.

Alejandro estaba esperando una oportunidad de poner hablar con Álvaro, pero él siempre salía rápido de su tienda, sabía que en algún momento podría hablar con Álvaro.

Esta vez, Álvaro llego un poco más temprano a la tienda de Alejandro con su caña de pescar, se acercó hasta Alejandro tocándole el hombro para poder obtener su atención.

-Disculpa –Dijo para que Alejandro se girase a verlo y sonrió cordialmente al verlo- Mira… Tuve el problema que al estar pescando un pez se rehusó a salir, y bueno… rompí la caña al caerme

-Oh… ¿Te hiciste daño? –Esa pregunta puso a Álvaro nervioso, nadie nunca le había preguntado algo como eso, simplemente pudo negar con la cabeza- Bueno… ¿Me dejas verla? –Álvaro saco la caña partida en dos, Alejandro abrió los ojos como platos- ¡DIOS MIO! ¡Eres un asesino de cañas! –Esto logro hacer que Álvaro se riera, era la primera vez que Alejandro escucho su risa, y pensaba que era adorable- Tranquilo yo me encargo de ella… ¿Puedes venir por ella mañana?

-¡Claro, estaré aquí sin ningún problema! –Asintió con la cabeza antes de salir de la tienda- Muchas gracias, nos vemos mañana –Dijo antes de salir de la tienda con una pequeña sonrisa

-Hasta mañana, Álvaro –Alejandro supo que ya no lo escucharía pero sonrió mientras lo vio salir, dejaría una caña en perfecta condición, y si no podría arreglarla sin duda alguna le regalaría una nueva, era la primera vez que se preocupaba tanto por alguien que no fuera él, ya añoraba que fuera mañana para poder ver otra ver a Álvaro

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 17, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Nuestro hilo rojo (AlkaTown)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora