Sueños del pasado

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Aclaraciones: Este es mi primer fanfic XiCheng, espero que les guste. Las secciones en cursiva son recuerdos o sueños, las "partes que van entre comillas" son pensamientos de los personajes.

¡Advertencia OOC! Pero justificado ;).

***

Buenos días joven Jiang.

B-buenos días Zewu-Jun.

Es una hermosa mañana, ¿no lo cree?

Sí, lo es.

¿Su estadía en Gusu ha sido de su agrado, joven Jiang?

Sí, he aprendido muchas cosas que en mi secta no se enseñan. T-también es un lugar muy hermoso y agradable.

¿Es así? Me alegro de que le guste, aunque supongo que está muy ansioso por regresar a Yunmeng, ¿no es así?

¿C-cómo lo...? Cof, cof. Sí, usted tiene razón.

Debe extrañar mucho a su familia, sobre todo al joven Wei, parecían muy unidos cuando estaba en Gusu.

Mn.

Dele mis saludos. Dígale que siempre será bienvenido en Gusu, al igual que usted joven Jiang. Que tenga un buen viaje de regreso, si me disculpa, tengo obligaciones que atender, adiós.

Adiós, Zewu-Jun.


Jiang Cheng abrió los ojos de a poco, su cabeza le dolía como si tuviera una enorme roca haciendo presión sobre ella. Su cuerpo no estaba mejor, apenas podía moverlo y sentía que su abdomen y brazo izquierdo ardían. Aún así, intentó incorporarse, consiguiendo que una fuerte corriente de dolor atravesara todo su cuerpo y lo devolviera a la cama, agotado.

—No se levante, está muy herido. Es un milagro que pudiera sobrevivir a esa caída, más aún tomando en cuanta que lo hizo con un cadáver feroz.

Jiang Cheng abrió más sus ojos, alarmado.

—Descuide, destruyó a esa criatura antes de que tocaran el suelo. Debo admitirlo, fue todo un espectáculo, jamás, en mis muchos años de vida, me había encontrado con un cultivador tan audaz como usted. No lo tome como un cumplido.

—Tch, quién lo toma como un cumplido -le reclamó Jiang Cheng a la señora que tenía a su lado, con una voz tan baja y rasposa que le sorprendió. Incluso hablar hacía que le doliera el cuerpo.

—Pero que joven más irrespetuoso. De no ser por mí, ahora probablemente estaría muerto —la señora de cabellos grises como la plata tomo un ungüento y lo aplicó sobre el abdomen de Jiang Cheng.

—¡Aah...! —no pudo evitar quejarse por el dolor. Esa cosa verde azulada que la mujer le puso, se sentía como ser atravesado por cien espadas—. ¡¿Qué me está haciendo?!

—Aaahh —suspiró la anciana, mientras seguía aplicando aquella mezcla en el brazo y la cabeza de Jiang Cheng, con toda calma—. Qué ruidoso es, parece un niño pequeño quejándose exageradamente por un leve rasguño.

¿Pero qué le pasaba a esta señora?, ¿cómo se atrevía a comparar sus graves heridas con un simple rasguño? Jiang Cheng quería gritarle de nuevo pero se dio cuenta de que todo el dolor que sentía su cuerpo había desaparecido, aunque todavía no era capaz de incorporarse.

—¿Qué me dio? —preguntó realmente curioso.

—Mmm... es una medicina especial de mi familia, pasada de generación en generación, pero sus ingredientes son un secreto. No insista —declaró la anciana con una mirada severa. Jiang Cheng chasqueó la lengua.

Otra OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora