¡Tarde, pero seguro!
Hace un tiempo Adrien_Ba-Banana y yo quedamos en hacer un StoryTrade y aunque tarde lo mío... ¡aquí estoy! Para Banana con todo mi kokoro~
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Las reuniones grupales eran difíciles de crear, todos los Diablos y Dioses demasiado ocupados con sus problemas internos como para lidiar con un extra que debía ser tratado de manera grupal; eran poco frecuentes y sólo cosas de gran relevancia lo ameritaban. No recordaba haber tenido una desde que Lord Prosciutto apareció y todos debieron reunirse con el susodicho y colocar nuevas leyes.
Suspiró con fastidio. No encontraba razón para crear una junta, teniendo en cuenta que el asunto era más bien interno; entre él y Satanick, pero al parecer aquel rey no lo veía de tal manera. Artamos había pedido ayuda ya que después de la desaparición de su contraparte, el rey del mar, las cosas se habían desbalanceado y solo no podía con la fluctuación de energía entre el mar y la tierra. Necesitaba ayuda más fuerte.
Exhaló, mirando con desgano al rey que hablaba y hablaba, mostrando sus problemas y exigiendo de manera sutil y nerviosa una respuesta por parte de todos ellos. La nube se perdió en la enorme habitación de juntas, los enormes ventanales iluminando y las cuatro paredes creando eco en las palabras de Artamos. Llevaban horas, o minutos, lo que fuese, pero estaba comenzando a ponerse de mal humor.
Desvió los ojos de Artamos, la temerosa figura del gobernante temblaba ante la mirada de todos los Dioses y Diablos. A la izquierda de Artamos encontró a Satanick, su hermano menor fascinado con las enormes orejas del rey, rodó los ojos al verlo jugar con ellas. Siguió mirando, vio a la Diablo de blancos cabellos quien movía la cabeza a un compás desconocido y los auriculares en sus orejas, a su lado la Diablo de rosa miraba por los ventanales con obviedad.
Del otro lado Elux balanceaba los pies, mirando sus uñas con desinterés. Etihw parecía estar prestando atención, sus ojos fijos en Artamos, pero a la vez perdidos en sus pensamientos. Encontró a Siralos con su Diablo, ambos juntos, casi con Siralos sentándose sobre el regazo del Diablo; sintió ganas de vomitar ante las acarameladas miradas de ambos y casi lo hizo al verlos tomarse de la mano y susurrarse algo, Siralos sonriendo con ternura ante las palabras.
Desvió la mirada con rapidez, hastiado ante la empalagosa e innecesaria muestra de cariño. Notó a Liliya, el Dios de azul sentado con elegancia, pero su cabeza balanceándose y ojos cansados, cada parpadeo era más largo que el anterior; se estaba quedando dormido y Fumus no lo culpaba. Artamos hablaba y hablaba, sus ojos fijos en las hojas que cargaba y sus orejas moviéndose cada que Satanick las tocaba.
Inhaló largo, el fuego consumiendo el papel blanco de su cigarrillo, exhaló, mirando a la última silla en la parte más recóndita de la enorme mesa. Al fondo, cerca de la Diablo que escuchaba música y la Diablo de rosa, estaba un Diablo más. Sus largos cuernos negros contrastando con su cabello blanco, sus ojos fijos en la mesa. Desde su lugar Fumus alcanzó a ver la esclerótica negra y los iris blancos.
Dio una calada más, el humo que exhaló le cubrió unos segundos la visión y cuando se disipó alcanzó a ver que el Diablo había hecho algo, sus ojos moviéndose con disimulo y mirando a su alrededor, relajando los hombros después de unos segundos. En sus oídos alcanzaba a escuchar la suave voz de Artamos, callándolo y sin ganas de escuchar lo mismo por otra hora más.
El Diablo parecía estar ignorando a Artamos, tal como todos en la habitación, pero parecía tener la poca decencia de intentar aparentar un poco de atención. Sus ojos de a ratos en el rey, pero segundos después volvía a mirar a la mesa, entonces miraba alrededor de nuevo; cuando sus ojos se levantaron a ver a sus congéneres y Dioses, Fumus exhaló, el humo ocultándolo unos momentos.

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Bombones
FanfictionLas juntas son aburridas, más teniendo un rey inútil parloteando y sin nada bueno que hacer a veces uno debe buscar su propio entretenimiento.