El balcón vecino [BL-GRATIS]

Capítulo 17

La grande y pesada cortina se entreabría a mis ojos, dejándome distinguir la mitad de un rostro blanco e iluminado a medias.

—Luke, ¿puedes buscar al señor Yamada? —Moon yacía sentado sobre sus piernas, con el mismo gesto decaído—. Siento que algo no está bien conmigo.

No obedecí a su petición tan rápido, sino que me acerqué aún más para examinarlo, con la preocupación en las facciones. Le pregunté si algo le sucedía, si tenía que ver con algún malestar físico que era necesario revisar. No contestó ninguna de mis preguntas, tampoco quiso mirarme.

—Deja de llamar la atención y ve a buscarlo. —Elevó una de sus huesudas manos, la llevó a mi frente y me empujó por la cabeza para que me marchara cuanto antes.

Algunas personas me observaron desde la distancia con cierta curiosidad, queriendo averiguar el motivo por el que tenía la mitad de la cara metida entre las cortinas del telón. Pronto volvieron a concentrarse en sus conversaciones en cuanto yo me alejé del escenario para encontrar a Yamada Kougi.

Pregunté por su paradero a varios de los conocidos que me presentó sin obtener ninguna respuesta en concreto. Al final, confié en los empleados. Ellos me condujeron con rapidez hasta una de las mesas del tercer piso, con vistas al escenario y a la gran pista. Conversaba alegremente con otros de sus múltiples socios mientras bebían de una de las tantas botellas.

En cuanto notó mi presencia, me invitó a sentarme con él y sus acompañantes. Pero en lugar de acceder y sentarme a su lado para seguir hablando de proyectos y negocios, me encargué de transmitirle el mensaje que Moon-jae me envió para él.

—He visto que una de sus empleadas no se encuentra bien —Mostré una sincera inquietud—. Me ha pedido que lo buscara.

Tuvo que despedirse con una ligera inclinación de cabeza en cuanto escuchó de mis labios el nombre de Hayami.

—Ha hecho un trabajo espectacular, joven Vang. —Antes de abandonarme, colocó su mano sobre mi hombro y sonrió—. Creo que es momento de que yo deje que usted se vaya a descansar.

Y se marchó junto con el empleado que me trajo hasta él.

Llegué a mi departamento a la una de la madrugada luego de que decidiera obedecer a mi jefe. Jonah me pidió un taxi porque él deseaba quedarse a charlar más tiempo en Yoshiwara.

Me desvestí tan pronto como me fue posible, me deshice de mis elegantes zapatos, mi ordenado peinado, del chaleco vino y mi pantalón de vestir del mismo color. Por el clima cada vez más frío, tuve que verme en la necesidad de usar un pijama abrigador.

Fui a la cocina a servirme una taza de café instantáneo, después me dirigí al escritorio y encendí la laptop. No tenía muchas intenciones de dormir aquella noche, pues deseé avanzar lo más posible con la selección y la edición de las fotografías destinadas al señor Yamada.