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Necesitaba refugiarse, las gruesas gotas de lluvia golpeaban insistentemente contra su rostro y Jungkook no podía hacer más que intentar cubrir sus ojos y correr furioso entre las solitarias calles.

Comenzó a maldecir al impredecible clima y a la hermosa omega que en las noticias había dicho y asegurado que el cielo de esa noche estaría totalmente despejado.

Aceleró su apresurado andar y aferró la bolsa de comida chatarra contra su pecho en un pobre intento de protegerles de la lluvia con su gruesa chaqueta. Continuó corriendo y maldiciendose también a sí mismo por no haber salido de casa más temprano o simplemente haber ido en su automóvil hasta el pequeño supermercado que aún mantenía sus puertas abiertas a una hora tan tarde.

Pero en su momento su felino le había hecho salir con sus propias piernas y nada más, y ahora, justo en ese instante, Jeon comenzaba a dudar de su propio instinto de supervivencia y autoprotección.

El edificio donde vivía ya estaba a algunos metros frente a él, visible incluso entre la oscura cortina de agua golpeando contra su pecho.

El alfa sonrió un poco y aceleró el ritmo, impulsado por el deseo de darse una rápida ducha antes de tumbarse el resto de la noche en su cómodo sofá. En ver películas por horas y horas, o tal vez pensando incluso en liberar todo su acumulado estrés por medio de alguno de sus favoritos videojuegos.

Y de pronto, emocionado se permitió disminuir sus pasos sin razón, porque estaría dentro del edificio sólo con cruzar la enorme y solitaria calle. Un par de minutos más y por fin se pondría totalmente a salvo de la furia del cielo que esa fría noche atacaba contra toda la ciudad.

Pero su propósito principal fue arrastrado por el grosor de la lluvia cuando le escuchó.

Sus piernas en automático se clavaron sobre el asfalto. Deteniéndose por completo a mitad de la avenida en un pronto estado de alerta cuando distinguió entre todo el sollozo de la lluvia, el estruendoso llanto de un pequeño bebé.

Su instinto se encendió al mismo instante en que los débiles y asustados lloriqueos de un cachorro se colaron entre el insistente y duro golpeteo de las gotas estrellándose contra el pavimento.

El tigre alzó la mirada y comenzó a escanear rápidamente las abandonadas calles a su alrededor, vislumbrando nada más que las brillantes luces lejanas luciendo en lo alto de los edificios y algún automóvil que se alejó a la distancia sin más.

JungKook no pudo identificar a primera vista de dónde provenía el llanto de aquel bebé.

Sólo sabía que debía protegerlo.

Giró sobre sus talones y de pronto se olvidó de la lluvia y de sus compras, centrando su total atención en aquellos lloriqueos, preocupado en casi una medida histérica al darse cuenta del peligro que podía correr un pequeño cachorro bajo esas malas condiciones climatológicas y sin ayuda alrededor.

Y escaneando las calles, JungKook comenzó a avanzar sin ser del todo consciente. Sin estar completamente seguro de si el llanto había aumentado de intensidad o si simplemente su alterado instinto es el que había detectado el lugar exacto de donde provenía aquel triste y pequeño llamado.

Su poderoso tigre rasguñaba las paredes de su interior para salir y buscar algún peligro que amenazara a un pequeño cachorro a mitad de la noche en plena tormenta invernal. Necesitando duramente el encontrarle para protegerle. De poder tenerle en sus brazos y arrullarle hasta que dejase de tener miedo y sus hipidos cesaran.

JungKook solo quería que el cachorro estuviera a salvo.

Su alfa estaba cegado por el instinto de protección y Jeon no podía hacer más que seguir ese único y poderoso pensamiento.

Hamartia (KookJin) OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora