"Contigo a muerte"

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Sus pies se dirigían hacia la cafetería de siempre para reunirse con su amigo Damion. Tenían pensado hablar sobre lo que iban a hacer con la banda ahora que uno de los integrantes se había sumado a un programa de baile de la televisión. Tenían que seguir actuando, o quizá, sustituirlo. La opción de descansar estaba ahí pero eso significaría buscar un nuevo trabajo y eso a Natalia le daba cierta incertidumbre. Encontrar trabajo, a día de hoy, era muy difícil y complicado.

Su móvil vibró en su bolsillo mientras escuchaba Spotify en éste. Lo sacó con cuidado sabiendo que era un mensaje. Le pareció extraño que fuese de María, teniendo en cuenta que eran cerca de las nueve de la mañana. Pero recordó, de inmediato, que debía haber vuelto ya de las vacaciones con Sabela.

La sonrisa que había aflorado al pensar en sus dos amigas de vacaciones juntas se le borró de golpe. Al igual que sus pasos se detuvieron de repente.

Tan pronto como leyó el último mensaje sintió una fuerte presión en su pecho

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Tan pronto como leyó el último mensaje sintió una fuerte presión en su pecho. 

Joder. 

Joder. 

Saltó a la conversación de Damion de inmediato.

Y antes siquiera de obtener la respuesta de su amigo, bloqueó el móvil y comenzó a correr con un objetivo claro

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Y antes siquiera de obtener la respuesta de su amigo, bloqueó el móvil y comenzó a correr con un objetivo claro.

Tuvo suerte de que, cuando estaba por llegar, una vecina estaba saliendo. La reconoció de inmediato por las veces que la había visto por ahí así que le sostuvo la puerta los segundos que tardó en poder alcanzarla tras la carrera. Escuchó que le bromeaba por el carrerón que parecía llevar encima pero Natalia tan sólo pudo fingir una sonrisa antes de entrar al interior del portal.

Subía las escaleras de dos en dos, apresurada. Se aferraba con su mano izquierda a la barandilla, cogiendo impulso para, en ocasiones, que fuesen tres aprovechando lo esbeltas y largas de sus piernas.

En cuanto llegó a su destino, respiró profundo y soltó una fuerte bocanada. Notaba su corazón por salir por su boca pero sus pies no le daban tregua y avanzó hacia la puerta. Estaba inquieta tras ese mensaje y trataba de decirse a sí misma que mantuviera la calma. Porque dentro de esa puerta, lo que menos debía de existir en esos instantes era, precisamente, eso.

otras alas | albalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora