Arriba.-

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Escuche el suave susurro del viento y en el fondo una gran puerta cerrándose. La puerta del jardín de sol.

Cuando abrí los ojos, vi uno de mis mechones rubio claro sobre mi cara. Me encontraba en una superficie de piedra de color morada muy lisa y plana.

Me levante un poco rápido para ver más de lo que me rodeaba, fue una mala idea porqué termine algo mareada. Debía de estar realmente alto. Podía ver las piedras rodeadas por las nubes y en la parte de arriba una gran luna de color blanco platinado. Parecía que la luna cuidaba de mi, siempre que la veía tenía la sensación que esa debía de ser una madre.

Me levante y mire el suelo, en busca de algo además de el frío suelo. Una carta. La tome y la abrí con cuidadito para no romperla

'Bienvenida señorita __________ de'Scelerisque. Esto es el mundo real.

Su primera instrucción será fácil y rápida.

Por favor intente bajar de ahí. Éxito.'

Al pie de pagina estaba escrito: Sara de Solar, directora de los guiados por Sol del Instituto de Selección de Dragones (ISD).

-¿ISD?-mencioné en voz alta.

¿Cómo debería bajar de ese lugar sin matarme?¿La señora Sara directora de los guiados de Sol quiere que me lancé o algo así?

Me acerqué al borde de las rocas para ver el panorama que existía abajo. Parecían unos tres mil metros de piedra completamente pulida y lisa. No se podía escalar ni bajar. Revise todo el borde de las torres de piedra, nada.

Escuche el viento literalmente susurrar. Hablar.

El viento, controlado por la Luna. Siempre tuve parte de los poderes de luna, heredados en parte por mi padre. Pero las mujeres guiadas nunca reciben sus poderes completos, a esto se le alude un mito sobre los dragones, en donde Luna no tenía poder suficiente para crear a una guiada de la luna completa, por lo que todas la mujeres desde entonces son en su mayoría guiadas por Sol.

-Baja, yo te cuido-se escuchaba susurrar al viento una y otra vez, bajo, casi inaudible.

-Baja, yo te cuido. Baja, yo te cuido. Baja yo te cuido-repetía y repetía el viento sin cansarse.

Me tire, ya sin pensarlo. Sentía el viento golpeando mientras caía.

Paso casi un minuto, el cual se hizo eterno.

Pronto vi los árboles y en un milisegundos el suelo. Justo antes de llegar una ráfaga paro mi caída.

Caí en el barro y ensucie mis pantalones. Pero estaba viva.

Tal vez se trataba de la primera prueba.

...

Este episodio fue de corta duración, a modo de introducción. Espero y les guste :3

-Pía.

Luna blancaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora