Mi primera cita

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EL DESEO

Basada en la obra original de Yamamoto Kotetsuko

Capítulo 1
Mi primera cita





“Escucha, hijo mío, dijo el demonio
poniendo su mano sobre mi cabeza...”

EDGAR ALLAN POE, SILENCIO.



Había por lo menos escrito como treinta y ocho veces la descripción del perfil que utilizaría en el sitio de citas para adolescentes. Y claro que le costó mucho trabajo admitir que ni la foto que solicitaba en el pequeño recuadro de la cuenta estaba entre cincuenta que se tomó el día lunes cuando se encontraba con uno de sus amigos en un Starbucks para tomar un café. Aunque ahora quien sabe como fue que se armo del suficiente valor para reescribir cada uno de sus gustos, pasatiempos, aspecto y lugares a los que más frecuentaba. En cuanto creyó que era suficiente, lo leyó y releyó un par de veces. Quedando más o menos así:


Hola, me llamo Sanji.
Tengo 16 años y estudio el primer año de preparatoria. Me considero un chico algo tímido, pero sé que cuando entro en confianza soy divertido. Me interesan las chicas de mi edad y muy dulces. Mis pasatiempos incluyen, cocinar, leer y ver películas. Si te gustaría saber más acerca de mí, podríamos ser amigos.


Pero al fin y al cabo había terminado de borrar la mayoría de las cosas. Además de no colocar ninguna fotografía. Sin embargo, la solicitud ya se hallaba disponible en línea.

Entonces, era a lo mucho las once de la mañana de un domingo cuando el chico despertó después de una larga jornada de trabajo del día anterior. Una vez se encontraba acostado sobre su cama en casa, fue el momento en que decidió hacer la solicitud en el sito de citas. Le dolían tanto los pies por no sentarse ni una sola vez en su trabajo en el restaurante. Ya su abuelo le decía que no debía estar holgazaneando.

—¡Sanji-san! ¡Sanji-san! Soy Coby. Podría salir a verme.

Probablemente, esa era una de las cosas por lo que le molestaba vivir en ese departamento. El muchacho que le hablaba con tanta insistencia era uno de sus vecinos. El cual, no podía decir con exactitud que lo odiaba. Le agradaba, pero en varias ocasiones se había metido en problemas por los brabucones de su escuela.

Se trataba de un chico más bajito que él, cabello rosado, cuatro ojos y con voz chillona.

¡Oh, oh, que mierda de fastidio! Lo maldecía por haberlo despertado en domingo.

—Voy, hombre, espera un tantito. No me he puesto los pantalones —le dijo Sanji del otro lado de la puerta de su habitación. No tenía colocados los bóxeres.

—No, si está todavía muy ocupado podemos dejarlo para otro momento. Mi padre no se encuentra en casa. Tal vez podría venir al rato ¿le parece?

—¡Joder, que aún no soy un vejete! Háblame de tu.

No lo estaba mirando, pero hizo una reverencia.

—Es imposible que haga eso, usted es mayor que yo. Sanji-san.

Mientras seguía vistiéndose escucho los pasos de Coby cada vez más lejanos. Al ya estar listo corrió hacia la salida y abrió la puerta. Se había ido.

—Si no era tan importante ¿por qué me despertó? bueno, en fin, a lo mejor tenga que ir a la academia.

De pronto, la vibración de su teléfono celular le causo un extraño cosquilleo en el culo. Deslizó sus dedos entre los bolsillos de sus pantalones para conseguir el aparato. Lo encendió como de costumbre y miro la pantalla, impactado.

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⏰ Última actualización: Jun 19, 2019 ⏰

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