Parte 2

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-¿Sigues acá?
-Te dije que no me iría
-Esteban...
-¿Qué, cariño? _Acariciando su cabeza la miro fijamente_
-¿Qué hice mal? ¿Por qué Héctor y estrella no me quieren?
-Tú no has hecho nada mal
-¿Acaso soy una mala madre?
-Nooo, eso no lo digas, tú no eres una mala madre _arrodillandose al costado de la cama_ ellos aún no saben cuanto los amas, todo es culpa mía, lo siento Maria. Perdóname
-Ellos me desprecian
-Perdóname, no pensé bien las cosas, no sabía lo que hacía, éramos muy jóvenes, nunca debí dejarte, nunca debí hacerle caso a mi tía, lamentó todo lo que tuviste que pasar, daría cualquier cosa para que nada de esto volviera a ocurrir y pudieras ver crecer a nuestros hijos, junto a mí, a mi lado.
-ya está todo hecho _soltando unas lágrimas_
-No, no, no llores, por favor amor _limpiándo las lágrimas que caían, mientras sujetaba su cabeza_ todo saldrá a la luz, tú y yo le diremos la verdad a nuestros hijos. Te lo juro amor, nada ni nadie vólvera entrometerse entre nosotros
-Gracias Esteban... Pero lo tuyo y Ana Rosa no me deja...
-Lo mío y de Ana Rosa nada, eso se acabó el día que nosotros nos casamos, te lo juro. Ella inventó todo eso, no sé cómo, ni cuando consiguió esas llaves del hotel, de NUESTRO hotel, ni como se enteró, pero yo no tengo nada que ver, te lo juro. Por favor cree en mí, confía _sosteniendo sus manos_
-Ya es muy tarde Esteban, mejor acuestate y mañana hablamos...
-intentaré secar con el secador donde moje para no molestar o invadir tu espacio...

María no contestó nada, solo dejó que él se levantará de ahí y fuera por el secador para secar donde él dejó mojado, luego sintió como el se acostaba en su cama y cada uno por su lado se durmió, bueno Maria porque Esteban seguía al pendiente de ella, cada 5 minutos tocaba su frente, hasta que ya por fin muy tarde se durmió.

Por la mañana ambos amanecieron cerca, sin abrazarse ni nada, pero muy juntitos, Esteban fue quien despertó primero y la veía dormir, ya no estaba pálida como la noche anterior, se le había quitado la fiebre, como si ella sintiera que la estaba analizando se dio la vuelta y le dio la espalda, pero para Esteban no fue una mala oportunidad, ya que solo se apegó más a ella y la abrazó por la espalda para colocar su mano en el vientre, y asi volvio a quedarse dormido de la mejor manera.

María al despertar estaba abrazada por él aún, la idea no le molestó ¡Claro! Estaba durmiendo y él no sabía que estaba disfrutando de sus brazos... Como le gustaría despertar así cada día, abrigada en esas frías mañanas de invierno por esos brazos tan fuertes que no hacían más que protegerla, solo quedaba en una ilusión, había prometido que no volvería a confiar en él después de la escena de Ana Rosa, no sabía cómo había sido posible que ocurriera todo eso, justo cuando se había abierto la posibilidad de que ocurriera toda esa maravilla de nuevo... suspirando se volteó hacía él para poder mirarlo y apreciar tal belleza, y no solo eso sí no que también se dio el lujo de abrazarlo.

Cuando Esteban despertó, mucho rato después, sintió su pecho mojado y un pequeño brazo que pasaba por encima de él, luego empezó a escuchar sollozos y ya pudo percatarse de que se trataba de Maria que se encontraba llorando

_acariciando su cabeza la apretó contra su pecho_ ¿Qué sucede?
-Nada _dijo inmediatamente, mientras se corría de su lado, sintiendo un vacío aún más grande_
-No, no te alejes. Ven acá _intentando acercarse_
-No Esteban, déjame _saltándose de su agarre_ estoy bien. _limpio su cara_

Se levantó de la cama colocándose la bata, comenzó a caminar por la habitación buscando su ropa de trabajo del día de hoy, a continuación se metió a la ducha bajo la vista de Esteban, quien a veces no entendía su bipolaridad, podía pasar por tantos estados de ánimos que ni el mismo la comprendía por más que lo intentaba.

¿Qué pasó después...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora