Al contemplar lo hermoso que se ve el amanecer desde mi habitación, me traen recuerdos de la niñez, me encantaba jugar con Marcus a las escondidas y la diversión se ponía mejor cuando llegaba su hermano Amenadiel...pero las tragedias siempre llegan.
- ¡Oye Charlotte! - alguien grita desde el jardín de la casa
Abrí la ventana de mi cuarto para encontrarme con Marcus en medio del jardín mientras lo perseguían lo guardias de la mansión.
- ¡Venga Charlotte ayúdame! - me gritaba ya un poco cansado de tanto correr.
-De acuerdo guardias retírense, bajo enseguida- baje las escaleras lo mas pronto posible, ya tenia mucho tiempo sin ver a Marcus desde aquella vez.
Al bajar las escaleras tenían a Marcus esposado frente a la puerta principal, forcejeaba mucho las manos para zafarse, pero cada vez que lo hacía recibía un golpe por parte de los guardias.
-Charlotte, que gusto verte por favor diles a estos uniformados que me desaten, empieza a molestar un poco- cumplí el deseo de Marcus y ordene a los guardias que nos dejaran a solas.
- ¿Qué te trae por acá Marcus? - le pregunte un poco entusiasmada, quería saber a qué vino hasta acá.
- Paseaba por el reino y recordé que necesitaba comprar un poco de carne, y mientras iba caminando vi la mansión entonces decidí visitarte, pero cuando quería entrar los guardias creían que iba robar y me persiguieron por todo el jardín...- mientras Marcus me contaba todo lo que le sucedió, yo seguía pensando en cómo se sentía después de hace años del secuestro de su hermano.
Amenadiel era muy bueno en tantos aspectos, tenía una inteligencia más avanzada que la de un sabio en el reino, podía hacer cualquier actividad culinaria, pero era muy malo para defenderse. El día en que esos arrogantes piratas llegaran y tomaran la mitad de los suministros en el pueblo de Marcus, vieron que los niños les podrían servir como esclavos y se llevaron entre todos los niños a Amenadiel.
-Charlotte... ¡Charlotte! - gracias a Marcus pude reaccionar y volver en si al presente
-A si perdón me perdí en mis pensamientos- creo que debo olvidar todo lo del pasado, pero...
- ¿Ocurre algo? - me pregunto Marcus mientras me miraba a los ojos, decidí preguntarle de su hermano quiero saber cómo se siente él.
-Marcus...sobre lo de tu herma...-
-Debería mostrarte esto- me interrumpió repentinamente mientras sacaba un enorme rollo de un morral que tenia para cargar sus cosas.
Era una especie de mapa enorme, jamás lo había visto. Pienso que serán un mapa que se encontró actualmente.
-Charlotte, ¿sabes qué es esto? - me pregunto con una seriedad en su rostro, jamás lo había visto de esa forma.
-Marcus es solo un mapa, no creo que sea necesario que le des mucha atención-
-No es un simple mapa, este pedazo de papel nos puede llevar a donde esta Amenadiel, ¿recuerdas cuando atacaron mi aldea? -
-Claro, lo recuerdo bien- creía que esto era un chiste pero Marcus se pone mas serio en la conversación.
-Acompáñame Charlotte, necesito ayuda para esta encrucijada, ¿estás conmigo? -
Marcus me pide lo imposible, mis padres no me dejaran ir con alguien como él.
Al día siguiente me levanté mirando nuevamente el sol salir por las montañas del reino Qvinsai, seguí pensando en la propuesta de Marcus. Quizás debería ir, pero también tengo labores que hacer para el pueblo, también siento una carga de culpa pude haber ayudado al pueblo Vinenti...creo que, ya se lo que tengo que hacer.
