Un duelo para la historia.

El Deck del Elegido

Finalmente Ryu y yo llegamos al lugar al que quería traerme. Es una casa algo abandonada. Nos acercamos a la puerta y se puede escuchar que adentro hay gente. Ryu toca la puerta, al instante una pequeña ventanilla se desliza y un par de ojos nos observa:

-Contraseña-. La persona detrás nos dijo con una voz bastante grave.

-Ojos Negros-. Dijo Ryu firme.

La puerta se abrió, mostrando a un matón bastante grande. Caminamos lentamente dentro del lugar, lo que vi me dejó sin palabras. Eran más de 100 mesas todas llenas con personas jugando duelo de monstruos, era sorprendente. Cada quien con una estrategia distinta, con tanta habilidad para encadenar efectos con sus cartas y hacerse más fuerte en batalla. Ciertamente es amor a primera vista, quiero ser un duelista, estoy muy seguro de eso. Lo que en verdad llamó mi atención y sigo incrédulo de lo que vi, fue que en el centro del lugar dos personas estaban de pie en un duelo, pero no era un duelo común y corriente. Ambos tenían un disco en el brazo donde claramente podía notar que colocaban las cartas ahí. Lo increíble es que cada que una carta era colocada en el disco, un gran holograma de la misma carta aparecía frente a ellos. Era tan real, parecía un verdadero duelo de monstruos, con criaturas controladas por hombres.

-¿Vas a quedarte ahí?-. La voz de Ryu cortó mi transe y volví a la tierra.

-¿Ah? No, ya voy-. Le respondí mientras me acercaba a donde él estaba.

-Muy impresionante, ¿no?-. Me dijo mientas me daba un pequeño golpe en el brazo.

-Ciertamente-. Le respondí.

-¡Ryu amigo!-. Una voz interrumpió nuestra conversación.

Ryu y yo volteamos a ver quien lo llamaba, era un sujeto bastante alto, rubio y con un disco como el de los que luchaban al centro del sótano. Mi primo abrió los brazos y lo saludo de un fuerte abrazo.

-Todo bien, todo bien-. Dijo Ryu contento.

-Eso es bueno, es bueno-. Le respondió su amigo, se separaron del abrazo y volteó a verme. -¿Y qué tenemos aquí?-. Dijo ahora con un rostro más serio.

-Es mi primo, Satoshi. Estoy muy seguro de que es "él"-. Dijo Ryu con un tono algo impaciente.

-¿Aquí vas de nuevo? Deja ya esa vieja leyenda Ryu, sácalo de aquí. Este no es lugar para alguien como él-. Dijo su amigo.

-¿Qué pasa conmigo?-. Pregunté algo molesto por el trato.

-Nada niño, vete-. Me dijo el amigo de Ryu mientras se me acercaba para intentar sacarme del lugar.

-No para Roy. En serio es "él". Muéstrale Satoshi-. Dijo Ryu cubriéndome de su amigo. Volteo a verme. -Vamos, muéstrale-. Con sus ojos apuntó a mi carta.

-¿Qué? ¿Esto?-. Levanté con algo de miedo al "Dragón de Polvo de Estrellas".

-No puede ser...- Roy observo incrédulo mi carta. -Eres tú, el elegido-. Me sostuvo del brazo y lo alzó para que todos lo pudieran ver. -¡HEY OBSERVEN, ES EL ELEGIDO!-. Grito a todos.

Entonces todos detuvieron sus duelos y observaron donde yo estaba. Nadie podía creerlo, muchos susurros aparecieron, pero todos parecían ser buenos. De repente todos iniciaron a vitorearme por mi llegada.

-ARRIBA EL ELEGIDO-. Se escuchaba en toda la sala.

Una inmensa sensación de emoción llenó mi cuerpo. Las ganas por volverme duelista me llenaron de nuevo. Fue entonces cuando dentro de toda la multitud emergió Ryu con un Deck de cartas en sus manos y con un disco de duelos. Supuse que era para mí.

-Toma, primo, amigo, elegido-. Sonrió mientras me entregaba ambas cosas.

Las tomé y las alcé a todos los presentes. La multitud gritó vitoreando mis nuevas pertenencias. Después de un momento de pensar un poco le dije a Ryu:

-¿De qué soy el elegido?-.

Ryu rio un poco y dijo:

-Se dice que un día un duelista legendario llegaría aquí con el "Dragón de Polvo de Estrellas" junto a él. Y que este duelista iría a luchar a un evento muy importante, donde dejará muy en alto el lugar de donde viene. Entonces nos ganará un mejor estilo de vida, un lugar donde enserio podamos aprender cosas nuevas con los duelos de monstruos, donde podamos enseñarle a todos como funciona este noble estilo de vida de ser un duelista-. Ryu lo dijo con un sentimiento muy profundo.

-Ya veo... ¡GANARÉ ESTÉ EVENTO QUE NOS LLEVARÁ A LA CIMA!-. Grité para la multitud, todos enloquecieron.

-Bueno, ya es hora de aprender-. Ryu me guio a un lugar donde me enseñará a luchar de una forma adecuada.