Muchos hombres experimentan con palabras, pronombres y adjetivos
Tratando de crear fantasías,
amores perdidos y encontrados.
Leyendas mitológicas y mitos legendarios.
Héroes y villanos.
Hombres, que por fuerza mayor,
encontraron en el lápiz y el papel
un modo de conectar la realidad con el verso,
la mentira con la oración.
Pero tu Neruda... Oh! Neruda!
Tu palabra retumba en mi tinta,
en el sabor del pan y el vino.
Encuentras y ganas la búsqueda
de timidas palabras
para describir el amor.
Sabes exactamente como describir un beso,
y revivir un olvido.
Me deslumbras y confortas con tus versos
cual farol recibe a esos perdidos barcos.
Tus amores de verano y tus desilusiones de otoño.
Tus "bienamadas" y tus mares.
El sonido metálico de tus cazuelas
y la pasion, roja y salvaje, de tus granadas.
Tus casas; Espejo de tu personalidad brillante y desinhibida.
De tu locura incontenible.
De tu legado.
Tu pasado y compañia; tus mujeres.
Testigos ciegos de tu pasión.
Compañeras ausentes en viajes eternos sin pasados.
Ese eres tu, Neruda.
El apasionado tonto de amor.
El coleccionista de planchas,
y autor de mi inspiración
en este Concepcion frio de verano en Enero.
Este tácito compañero,
junto a mi cafe con un cigarro.
Neruda,
tu implacable verso me trasforma y me endurece.
Siempre tan ambiguo y prudente.
Tan enamorado y perdido.
Siempre esperando...
Esperando un verso mas tuyo.