«¿Cómo demonios terminé aquí?» -Una araña enojada al lado del titán come dulces.
El pelinegro llevaba puesto unos audífonos, paseaba por la ciudad con tranquilidad, ya se había despegado del enfadoso zorro, agradecía en cierta manera a Aomine, que gracias a ese negro, Imayoshi fuera detrás de él para fastidiarlo.
«Suerte con él... idiota» -Soltó una carcajada al tener ese pensamiento de alivio.
Después de unos pasos, decidió entrar a ese mini-super para comprar uno de esos chocolates que tanto le gustaban; demasiado rico, solo eso tranquilizaría su enfado.
-¿Muro-chin estas seguro que es aquí? - Le preguntó a su amigo el azabache.
×Si, Atsushi... en este lugar se encuentran esos únicos y deliciosos dulces - Respondió con tranquilidad, en busca de calmar al pelimorado -Entremos, antes de que se acaben- Sonrió al momento de abrir la puerta de dicho lugar.
Murasakibara asintió y entró primero al lugar, su ración de dulces y chocolates se habían terminado, se alegraba que alguien lo acompañara, ya que todos los de la Kiseki no Sedai estaban ocupados.
Mientras tanto, Hanamiya se percató de sus presencias, ignorándolas por completo o eso fue lo que creyó.
«No estaría mal divertirme un poco... ¡No!... ya tuve suficiente con aquel maldito» -Suspiró y mejor comenzó a buscar dicho dulce.
Al igual que él, aquel par también lo hicieron, hasta que los 3 llegaron a ese estante donde se encontraba dicho producto. Tocaron al mismo tiempo, Makoto y Murasakibara, la caja de chocolate, que para su desgracia era la única. Himuro no se dio cuenta ya que atendió una llamada, por lo que se había retirado de ahí.
-Vaya, pero a quien tenemos aquí... Al gigante- Con burla y esa sonrisa maliciosa típica del arácnido -... Otra vez nos volvemos a ver, Murasakibara... Deberías de buscar tus dulces a otro lado- Apretó la caja, fuera un estúpido si creía que soltaría aquella delicia.
-Moo~... suéltala o te aplastare Hana-chin- Su tono de voz era entre pereza y enojo, tampoco dejaría ir sin probrarla.
-Agh...que asco, te dije que me dejaras de llamar por ese estúpido nombre, tengo suficiente ya con el idiota de Imayoshi- Chasqueó los dientes, su paciencia estaba terminando pero pelear con ese candy man, era demasiado desgastante -Olvidalo- Le arrebató la caja, atrayéndola a su pecho -Suerte para la próxima... idiota- Sacó su lengua al momento de burlarse.
«Jajajaja... Imbécil»
Se dirigió a pagar, relativamente feliz, tal parecía que el pelimorado no sería persistente, pero de pronto sintió esa enorme aura detrás de su espalda, sintiendo un leve escalofrio en todo su cuerpo.
-Hana-chin dame los chocolates- Posó su cabeza en la contraria -Muro-chin dijo que no los vendían en otro lugar más que aquí- Comenzó a quejarse y al mirar a su alrededor, se dio cuenta de Himuro se estaba yendo con Kagami y la Kiseki no Sedai.
-¡Oye!... Titán colosal quítate de una puta vez- Sacudía su cabeza tratando de quitárselo de encima mientras pagaba a la chica de la tienda -Por eso todos huyen de ti- Tomó la caja de chocolates para salir del lugar y escapar de Atsushi.
Y asi fue, el pelinegro caminó por un par de cuadras solo...paz y tranquilidad.
«Al fin podré estar solo y comer... ¡No puede ser!»
Murasakibara a lo lejos se veía, venia caminando rápido y con esa expresión de furia y hambre, no podía escapar esa caja de chocolates, la comería a cualquier costo. En cuanto a Hanamiya, apuró el paso, no iba hacer derrotado por aquel tipo.
-¡Hana-chin!... ¡No escaparás de mi!... ¡Los chocolates...son míos!
Cada vez se acercaba más, hasta que su mano alcanzó la cabeza del más bajo; ya estaba sentenciado.
«¡Maldita sea!» Tsk...maldición, suéltame -Nuevamente sacudió su cabeza pero fue en vano.
-Solo dámelos- Se inclinó a la altura de la oreja del contrario -De lo contrario no te dejaré ir- Hizo énfasis en esa últimas palabras.
Makoto se resistía, cada vez estaba más furioso, pero en fuerza tenía claro que no ganaría. Abrió la caja y sacó un chocolate, enseñándoselo al contrario.
-Toma y largo de mi jodida vista
Murasakibara cogió el pequeño pero llamativo chocolate, al mismo tiempo que le soltaba. Pero fue una mala decisión para el azabache, ahora tendría que seguir alimentando al gigante, no hasta que se terminará la caja.
Sus ojos se iluminaron, era lo más delicioso en chocolate que había saboreado, Himuro tenía razón en que eran maravillosamente deliciosos -Ricoooo, dame otro Hana-chin- Estiró su mano en espera de otro -Vayamos a sentarnos allá- Lo agarró del brazo y literalmente lo llevaba arrastrando, el chico malo no pudo hacer nada por aquella acción, sentándose al lado de él.
«¿Cómo demonios terminé aquí?» -Una araña enojada al lado del titán come dulces.
No le quedaba deotra, así que simplemente también comenzó a disfrutar de dichos chocolatesjunto con Atsushi, y de vez en cuando le agradecía frotando sus cabellosnegros, sin importarle su reacción.
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Haikyuu & Kuroko no Basket //One-shots//
FanfictionSon one-shots y drabbles, de estos 2 animes. Con las OTP, rareshipps, shipps cracks y crossover. Los personajes no me pertenecen.