Parte cinco.

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No podía soportarlo.

No podía soportar que Rosé se comportara así: de un modo 'cariñoso' frente a las cámaras, y que fuese indiferente luego de que se hubiesen apagado. Disfrutaba de su afecto cuando se lo daba, no lo rechazaba, pero era incluso más doloroso después. Lisa prefería no recibir ningún tipo de interacción si iba a ser de ese modo, podría resultar menos desagradable. Su cabeza daba vueltas todo el tiempo, buscando, tratando de encontrar respuestas.

¿Qué es lo que Rosé intentaba?

Jisoo, quien por ser ahora su compañera de habitación era a quien le confiaba gran parte de sus preocupaciones, le hubo dicho que quizás Rosé sólo trataba de no hacer muy obvios sus problemas y mostrarse siempre igual frente a los fanáticos. Sin embargo, Lisa no lo aceptaba. Había algo más y se lo confirmaba aquel último beso que compartieron. Se lo confirmaban los supiros de ese día, la pasión y el descontrol en el que se sumieron. ¿Cómo podía Rosé corresponder de tan buena manera a sus besos cuando decía asquearle?

Lisa quería respuestas.

Por lo tanto, cierto día que estuvieron a solas y Rosé quiso intentar besarle, Lisa le rechazó e inquirió sus dudas sin pensarlo dos veces.

''¿Cómo es que te repugna, Rosé? No logro entenderte. ¿Te gusto también? ¿Por qué me besas si no es así?''

Una vez más, la aludida se alejó y huyó de su mirada. Lisa se esforzó en examinarle y apareció la posibilidad de que finalmente el momento de revelación estuviera por darse. Entre tanto, Rosé abrió y cerró la boca un par de veces, Lisa le regaló silencio, esperando a que encontrara algo qué decir en medio de su conflicto.

''Yo... te quiero, Lisa'', dijo la menor. ''Pero yo... yo no puedo ser como tú.''

''¿Por qué no?'', reprochó Lisa, sintiendo cómo se acumulaban las ganas de llorar y gritar en un nudo en su garganta, haciendo sonar su voz quebrada. Estaba dando con su límite.

''No podemos.'' Rosé levantó la cabeza para al fin encararle. ''Debemos terminar con esto.''

Lisa apretó sus manos en puños y desvió la mirada, evitando con todas sus fuerzas romperse en ese momento, que sus lágrimas corrieran por su mejillas regordetas como tanto deseaban, mientras escuchaba cómo se terminaban de formar las grietas en su corazón para al fin derrumbarse en pedazos.

''Lisa.'' Volvió a hablar Rosé y le obligó a voltear, tomando su rostro entre sus dos manos. Al girar, entonces, Lisa abrió con sorpresa sus ojos pese a la escasa lejanía que ahora había entre las dos, y también, al ver que Rosé lloraba.

Lisa entreabrió su boca para cuestionarle aquello, pero su cometido murió apenas en el intento de formular la pregunta en su mente, pues esta suspendió por completo su funcionamiento tan pronto los labios de Rosé se apropiaron y aprovecharon de los suyos. Aún con el asombro de por medio, Lisa cerró sus párpados y se prometió disfrutar de tal contacto, durase lo que durase, ya que este anunciaba ser el último. Sus manos, entonces, buscaron sostenerse de algo para que no cayera en ese mismo instante y la cintura de su amada fue el único sitio óptimo y conveniente, así que, con esto afianzaron un abrazo y dieron la entrada a un beso apasionado.

Sus bocas fusionadas como nunca antes se movían a un buen y sincronizado ritmo. Rosé había abandonado el rostro de Lisa para aferrarse con sus brazos al cuello esta, quien posteriormente decidió abrirse camino hacia la cama sin peros ni quejas que valieran, porque sería la última vez.

Rebotaron sobre el colchón y en la pausa que resultó de esto, ambas chicas rieron y se dieron besos cortos y juguetones. Lisa sintió que podía morir justo ahí, apreciando la sonrisa tímida que Rosé le dedicaba mientras le besaba y abrazaba. Reanudó la profundidad de antes y su lengua se reencontró con la ajena en mucha humedad, frotes y empujes. Sus dedos hurgaron bajo la tela de la camisa de Rosé, le tantearon y se adentraron hasta dar con sus costillas. Recibió un suspiro por parte de ella. Procedió luego a impulsarse nuevamente y seguir devorándole la boca para introducir más sus manos y posicionarlas sobre los dos bultos que se levantaban en su pecho. Los apretó, acarició y Rosé jadeó en respuesta, seguido de un gimoteo involuntario cuando Lisa coló las manos bajo su sostén y la frialdad de ellas dieron con la tibieza de sus senos.

Hubo otra pausa en la que las dos frenaron el beso para mirarse y darse así el último permiso. Acto seguido, Lisa se sentó a horcajadas sobre las piernas de Rosé cuando ambas se levantaron con el fin de librarse de sus camisas y ropa interior. La mayor se abrumó por el revoloteo que se daba en todas sus partes y se acentuaba dentro de su pecho precisamente, y se tomó unos segundos para admirar la belleza que poseía Rosé. Su piel lechosa, interrumpida por un par de rosados pálidos más arriba. Bajó hasta colocarse otra vez sobre ella y le besó suavemente en los labios, posteriormente en el cuello, donde se entretuvo un poco más lamiendo y chupando para descender por sus clavículas y terminar en sus pechos. Pasó su lengua sobre uno de los pezones erectos de la chica y jugó con su mano con el restante. A este punto, ya había recibido varios jadeos mezclados con gemiditos audibles solamente para ella.


Lisa regresó al frente para mirarle con una dudosa seguridad sobrepasada por el ferviente deseo de probar y satisfacer cada rincón de su amada, y esta, por su parte, le sonrió de la manera más hermosa, propiciándole ese impulso que necesitaba para, finalmente, acabar en un enredadera de extremidades. Sumiéndose en pronunciaciones irregulares del nombre de la otra, a veces en gemidos y el resto en suspiros con el poco aliento que les sobraba. Dejando al fin libre su amor, y también haciéndolo.

Porque Rosé amaba a Lisa tanto como Lisa amaba a Rosé. Habían sido únicamente los prejuicios instalados en su mente desde que tuvo uso de razón aquello que le enfrascó durante tanto tiempo en una burbuja de negación, de creer que el sentir que creció inminentemente por su mejor amiga era erróneo, inaceptable, repugnante. Y hubo sido Lisa quien a fin de cuentas le enseñó que debía amar sin reglas ni ideologías, después de decidir abrirse y no reprimir sus sentimientos, ya que poco a poco comenzaba a destruirse.

Una vez agotadas y sin fuerzas, sin ser capaces de separarse incluso cuando ya habían terminado, no creyeron necesarias las palabras, y prolongaron un silencio que dijo todo lo que ya sabían. Aquel era el final. Habiéndose confesado y acabado con el suplicio de todas las vivencias anteriores, habiéndose hecho cargo de todas las dudas, habían llegado al final y se estaban diciendo adiós.

No iba a ser nada fácil, sin embargo, no había cabida para sus sentimientos en el largo camino que les esperaba para continuar cumpliendo sus sueños, después de todo. Y Lisa lo aceptó así. Estaba satisfecha, puesto que pudo tener lo que quiso sin morir ni tener que vivir con el remordimiento de no haber podido. Pudieron vivir su amor antes de que éste, o sus corazones, murieran.

Fin. 


***

hola me descargué la aplicación de wattpad again y no entendía nada así que la borré otra vez u_u also, soy la peor para los finales pero aquí está este y con él le doy la bienvenida al otro fic que está a esperas de ser subido jiji

¡espero hayan disfrutado leyendo! los tkm, nos veremos prontito ♥

Homophobia. (ChaeLisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora