Eres tan predecible. Lo peor es que en el fondo sabes que no te conviene juntarte conmigo, pero te niegas a aceptarlo. Sabiendo que sufrirás aún así decides seguir a mi lado.
Quizás no merezcas lo que te estoy haciendo, pero ya es muy tarde para volver atrás. Me he vuelto adicto a tu dolor, una vez lo sentí ya no puedo librarme de él. Me hace sentir mejor saber que no soy el único que sufre. Compartimos el mismo sufrimiento.
Ahora tengo alguien en quien confiar, te tengo a ti. No te alejes.
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