Stigma (TaeJin)

Adiós

A veces parece que el sonido enmudece, que las luces, los gritos y todos se desvanecen cuando una luz brillante se apaga, así se sentía la sala de estar del hospital.

Jimin estaba abrazando a sus padres con fuerza, Jungkook se había desmayado y estaba en otra sala, los mayores se movían de un lado a otro pidiendo informes a los managers y esperando a los padres de Taehyung.

Solo una persona permanecía en silencio en la sala, miraba sin mirar a cierto punto en la pared frente a el, callado, con alguna que otra lagrima en la cara, miro sobre sus muñecas dando vuelta al hilo rojo que no hace mucho compro para hacer juego con el, se mordió los labios conteniendo su tristeza, por que tenia que ser fuerte, por que era el mayor.

Taehyung fue encontrado en su auto, los vidrios destrozados y en mal estado, la noticia voló como fuego en internet, en los medios, el hospital estaba rodeado de fanáticos, ninguno de los seis miembros sintieron las piernas cuando se enteraron, corrieron al hospital, mientras detenían los gritos de dolor y llanto de Jimin y Jungkook; pero el no lloro.

No podía.

Alguien salio al final del pasillo y hablo con Namjoon y uno de los managers, lo primero y ultimo que Seokjin vio, fue a Namjoon de rodilla sollozando, y aquello ya era bastante fuerte para el.

-¿El esta bien?- pregunto con miedo, saber la respuesta le era en extremo aterrador.

-No, no lo esta, Taehyung no abandonara esta noche.

Seokjin asintió en calma, suspiro lento y salio de la sala corriendo; Nadie fue tras el.

Uno

Dos

Tres

Varios golpes se propicio en el rostro, pero no había respuesta, no pudo llorar, y sintió que se asfixiaba, que moría, que de desvanecía junto a su pies, que el dolor escalaba en su garganta y se atoraba en ella, y cuando se dio cuenta, estaba en el suelo imperventilando.

Estaba solo en la sala del departamento, cerro los ojos y cuando todo paso se aferro a si mismo en un abraso vació; ya no tenia nada,

No tenia a los seis chicos a su lado, ellos lo odiaban, no tenia a sus fans, ellos estaban asqueados de el, pudo incluso leer que le culpaban por el incidente; "tenían razón".

Miro su teléfono, y las únicas llamadas que tenia eran las de sus padres, decidió ir a su habitación, se arrojo en la cama y cerro los ojos.

Ahi estaba el, Kim Taehyung y su dulce sonrisa de niño, sus manos sobre sus mejillas, y las cursis palabras en su oído.

Estaba las promesas que tantas veces se hicieron, todas las maneras en que se besaron, estrechando sus labios como se abraza a la vida, escuchando música recargando sus cabezas uno junto al otro, la tibieza de sus cuerpos mezclados con el aroma de la mañana, su cabello castaño despeinado, y sus dedos limpiándole el rostro de restos de comida

Seokjin abrió los ojos y se dio cuenta que estaba llorando, que sus lagrimas bajaban como torrentes de lluvia, que no se detenían,  y sus recuerdos comenzaron a torturarlo

"No debí conocer a Taehyung"

"No debí abrir la puerta aquel día"

"No debí aceptar sus besos"

"No debí amar a Kim Taehyung"

Entonces se encontró en el suelo lagrimeando como niño pequeño, llorando con el alma rota por que ni siquiera fue capaz de decirle que le amaba antes de todo, por que no le siguió, molesto por que Taehyung no lo tomo de la mano y salio con el de esa sala.

Su llanto se escucho en toda la casa, mientras sostenía su nariz enrojecida, no sabia si iba a poder vivir, vivir en ese lugar rodeado de recuerdos, de besos en la sala, en la cocina, en su habitación, en su cuello, de susurros y secretos.

No concebía la vida sin el, por que Taehyung se metió muy en el fondo de el, fue su primer chico, fue el primero por el que arriesgo tanto, a tal punto de abandonar sus sueños como cantante para protegerlo, soporto esas duras y frías palabras de los miembros, por que no quería que cayeran sobre los hombros del menos, quería protegerle, y dicho fue directo a su escritorio, tomo un libro grande de quien sabe donde y después de un rato, salio con su chaqueta del departamento.

EL libro grande en el el escritorio estaba cantando alguna palabras, que se volvieron un eco de soledad, cuando las manos libres y delicadas de hyung, junto a su cabello negro, desaparecieron en el fondo del rió, mientras caía de cierto puente a kilómetros de ahí.

Ese día Kim Seokjin Murió.